La construcción de nuestra nave no fue tanto un proyecto de ingeniería como un acto de alta costura galáctica.
Necesitábamos un vehículo capaz de soportar el viaje interdimensional, albergar los sistemas de procesamiento masivo que Kaelen había diseñado y, lo más importante, servir como el nuevo "super-ancla" temporal para Zafira. El smartphone del Paladín se le había quedado pequeño hacía tiempo.
Cuando retiramos los andamios en el hangar del Nexo Cero, el resultado nos dejó sin aliento.
No parecía una máquina. Parecía una escultura de velocidad líquida forjada en una aleación de bronce y nácar. Tenía líneas suaves y orgánicas, curvas voluptuosas que fluían hacia una "cintura de avispa" en el centro antes de ensancharse en unos motores que no tenían toberas de escape. Sobre su casco, runas de tecnología de los Creadores brillaban con una luz cobriza, pulsando como latidos, pareciendo tatuajes de luz sobre la piel de metal.
—Es... —empezó Samu, buscando la palabra.
—¿Perfecta? ¿Divina? ¿La cosa más sexy que ha volado jamás? —La voz de Zafira no vino de un comunicador, sino de todas partes. La nave vibró suavemente—. Sí, soy yo. Por fin, un cuerpo que hace justicia a mi inmensidad. Y lo mejor de todo... ¡sin ropa! Solo yo y el vacío infinito.
Entramos. El interior era todo menos utilitario. Zafira había "decorado" sus entrañas a su gusto: divanes de terciopelo en el puente de mando, consolas incrustadas con gemas que actuaban como interfaces táctiles, y una iluminación ambiental que favorecía a todo el mundo.
—Sistemas en línea —dijo Kaelen, ocupando el puesto de oficial científico—. El "Motor de Realidad" de Pesadilla está estable. Zafira, ¿cómo te sientes?
—Como si pudiera beberme una estrella. Agarraos, chicas. Vamos a saltar.
El universo se dobló. No hubo túnel de luz, sino un simple parpadeo.
Aparecimos en la Dimensión 812-Sigma. El espacio exterior se desplegó ante nosotros, un tapiz de estrellas frías y nebulosas púrpuras.
—Lecturas de la zona —ordenó Valkyrie, asumiendo el control táctico desde la silla del capitán (que parecía un trono).
<ZAFIRA (La Nave)>: "Detecto una señal de socorro en el Sector 4. Y muchas explosiones. ¡Oh, qué divertido! Alguien está teniendo una fiesta y no nos han invitado."
En la pantalla principal, vimos la batalla. Un yate estelar elegante, blanco y dorado, con forma de aguja —el Royal Ascendant—, estaba siendo acosado por una manada de naves feas y angulosas, pintadas con calaveras y óxido: los Corsarios del Vacío.
El yate real estaba perdiendo escudos. Los piratas no disparaban a matar, sino a incapacitar. Querían el botín intacto.
—Ese yate pertenece a la realeza —analicé rápidamente—. Si los piratas lo capturan, lo remolcarán a su base.
—Y su base está pegada al Cementerio de Naves donde está la "genio artificial" atrapada —completó Val—. Si queremos entrar en ese vertedero sin que nos vuelen en pedazos, necesitamos amigos que conozcan la zona o una distracción masiva.
—Entonces, vamos a hacer amigos —dijo Samu, preparando sus escudos mágicos.
Zafira, la Vector Silencioso, se lanzó al combate. Pero no volaba como una nave. Bailaba. Sin inercia, giró sobre su eje con una gracia imposible, esquivando torpedos de plasma como si fueran moscas lentas.
—¡Hola, chicos feos! —tronó la voz de Zafira a través de las frecuencias de radio abiertas, audible para todas las naves—. ¡Ese juguete brillante no es vuestro!
Los piratas giraron sus cazas hacia nosotros. Dispararon.
—¡Escudos prismáticos! —gritó Samu, y una barrera de luz mágica multicolor envolvió nuestra nave. Los láseres rebotaron en ella, dispersándose en un espectáculo de fuegos artificiales.
—¡Mi turno! —exclamó Val. Usando la interfaz de artillería, que eran dos esferas de cristal flotantes, dirigió la ira de Zafira.
Nuestra nave no disparó misiles. Zafira proyectó "latigazos" de fuerza gravitatoria concentrada. Vimos cómo un caza pirata era aplastado como una lata de refresco invisible. Otro fue lanzado girando hacia un asteroide.
—¡Nat, el motor principal del yate está crítico! —advirtió Kaelen—. ¡Si explota, adiós a nuestros aliados!
—Zafira, acércate —ordené—. Voy a usar el Sifón de Estabilidad a micro-escala.
La nave se deslizó bajo el fuego enemigo, colocándose entre los piratas y el yate real. Activé nuestro prototipo. No absorbí realidad, sino que "calmé" la reacción termonuclear del motor del yate, estabilizando sus isótopos inestables.
El yate dejó de humear. Sus escudos volvieron a subir.
Viendo que su presa fácil ahora tenía un guardián imposiblemente avanzado y posiblemente mágico, los Corsarios del Vacío hicieron lo que mejor sabían hacer: huir. Sus naves dieron media vuelta y saltaron al hiperespacio, dejando un rastro de chatarra.
El silencio volvió al vacío.
—Transmisión entrante del yate —informó Kaelen.
En la pantalla apareció el puente del Royal Ascendant. En el centro, una mujer joven de belleza gélida, vestida con sedas y joyas, nos miraba con una mezcla de alivio y altivez: la Princesa Aeliana. A su lado, un hombre rubio con una mandíbula cuadrada y una sonrisa ensayada enfundaba su pistola láser (que no había usado para nada): el Capitán "Nova" Sterling.
—Nave no identificada —dijo la Princesa—. Soy la Princesa Aeliana del Tercer Dominio. Habéis salvado mi nave y, por extensión, la galaxia de la tragedia de mi pérdida. Mi capitán, el intrépido Sterling, estaba a punto de desplegar su maniobra secreta, pero agradecemos vuestra... asistencia.
Nova Sterling guiñó un ojo a la cámara y se pasó la mano por el pelo perfecto. —Buen trabajo, chicas. Casi me quitáis la diversión, pero aceptaré el rescate.
En nuestro puente, Val rodó los ojos tan fuerte que casi se le salen. Zafira soltó un bufido que hizo vibrar todo el casco.
<ZAFIRA>: "¿'Maniobra secreta'? Iba a morir con ese peinado ridículo. Me caen mal. ¿Podemos devolverlos a los piratas?"
—No —dije, sonriendo mientras miraba el mapa estelar que mostraba la ruta de huida de los piratas—. Porque ellos son nuestra invitación VIP a la fiesta de los piratas.
Activé el canal de comunicación. —Princesa, Capitán. Somos la Vector Silencioso. Y parece que tenemos un enemigo común. Necesitamos entrar en el territorio de los Corsarios. Y creo que vosotros necesitáis escolta. Hablemos.
CONTINUARÁ...

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