Fuente: Ciencia Kanija
Artículo publicado por Clara Moskowitz el 8 de octubre de 2012 en Space.com
Aunque las teorías de Einstein sugieren
que nada puede moverse más rápido que la velocidad de la luz, dos
científicos han extendido sus ecuaciones para demostrar qué sucedería si
fuese posible el viaje superlumínico.
A pesar de la aparente prohibición sobre
tal tipo de viaje en la teoría especial de la relatividad de Einstein,
los científicos dijeron que, en realidad, la teoría puede moldearse
fácilmente para describir velocidades que superen la velocidad de la
luz.
“Empezamos pensando en ello, y creímos que era una extensión muy natural de las ecuaciones de Einstein”, dice el matemático aplicado James Hill, coautor del nuevo artículo junto a su colega de la Universidad de Adelaida en Australia, Barry Cox. El artículo se publica en el ejemplar del 3 de octubre de la revista Proceedings of the Royal Society A: Mathematical and Physical Sciences.
La relatividad especial, propuesta en
1905 por Albert Einstein, demostró cómo conceptos como la velocidad son
relativos: un observador en movimiento medirá una velocidad distinta de
un objeto a la que medirá un observador estacionario. Además, la
relatividad reveló la idea de dilatación temporal, que dice que cuanto
más rápido vas, el tiempo parece ir más lento. De este modo, la
tripulación de una nave espacial percibiría que su viaje a otro planeta
dura dos semanas, mientras que la gente que quedó en la Tierra
observaría que dura 20 años.
Aun así, la relatividad especial colapsa
si la velocidad relativa de dos personas, la diferencia entre sus
velocidades relativas, se acerca a la velocidad de la luz. Ahora, Hill y
Cox han extendido la teoría para acomodar una velocidad relativa
infinita.
Es interesante señalar que ni las
ecuaciones originales de Einstein, ni la nueva teoría extendida,pueden
describir objetos masivos que se muevan a la propia velocidad de la luz.
Aquí, ambos conjuntos de ecuaciones colapsan en singularidades
matemáticas donde no pueden definirse propiedades físicas.
“La situación real de superar la
velocidad de la luz no está definida”, comenta Hill. “La teoría a la que
hemos llegado es simplemente para velocidades mayores que las de la
luz”.
En efecto, la singularidad divide
nuestro universo en dos: un mundo donde todo se mueve más lentamente que
la velocidad de la luz, y un mundo donde todo se mueve más rápidamente.
Las leyes de la física en estos dos dominios podrían resultar ser
bastante diferentes.
En cierta forma, el mundo oculto más
allá de la velocidad de la luz parece ser uno muy extraño. Las
ecuaciones de Hill y Cox sugieren, por ejemplo, que una nave que viaje a
mayor velocidad que la luz, acelerando cada vez más, perdería cada vez
más masa hasta que a una velocidad infinita su masa sería cero.
“Es muy sugerente que todo el asunto sea distinto una vez que superas la velocidad de la luz”, señala Hill.
A pesar de la singularidad, Hill no está
dispuesto a aceptar que la velocidad de la luz sea un muro
infranqueable. Lo comparó con superar la barrera del sonido. Antes de
que Chuck Yeager se convirtiera en la primera persona en viajar más
rápidamente que la velocidad del sonido en 1947, muchos expertos dudaban
de que pudiese lograrse. Los científicos estaban preocupados por que el
avión se desintegrase, o por que el cuerpo humano no pudiese
sobrevivir. Nada de eso resultó ser cierto.
El temor a cruzar la barrera de la luz podría ser igualmente infundado, apunta Hill.
“Creo que es solo cuestión de tiempo”,
dice. “El ingenio humano es así, lo logrará, pero puede que implica un
mecanismo de transporte completamente distinto a cualquiera que
actualmente imaginamos”.
Autor: Clara Moskowitz
Fecha Original: 8 de octubre de 2012
Enlace Original
No hay comentarios:
Publicar un comentario