viernes, 26 de octubre de 2012
El dilema del prisionero, la cooperación molecular y el origen de la vida
Fuente: Francis (th)E mule
El dilema del prisionero
de Tucker, un juego de suma no nula, demuestra que la no cooperación,
el egoísmo puro y duro, resultado del equilibrio de Nash, puede ser la
mejor solución de muchos problemas. Hay variantes del juego con la
conclusión opuesta, en las que la cooperación es la solución de
equilibrio. Hay moléculas orgánicas por doquier
en el universo, sin embargo, el origen de la vida en la Tierra sigue
siendo aún un gran misterio. Cómo un conjunto de moléculas orgánicas
inanimadas se autoorganizó para dar lugar al primer ser vivo. Nilesh
Vaidya (Universidad Estatal de Portland, Oregon, EEUU) y sus colegas
sugieren en Nature que la cooperación entre las moléculas pudo
contribuir al origen de la vida. En cierto sentido, estas ideas son
opuestas a la teoría del gen egoísta de Richard Dawkins, ya que el
egoísmo, igual que en el dilema del prisionero, no conduce a la solución
óptima. El nuevo artículo muestra ejemplos de redes de moléculas de ARN
que se ensamblan entre sí gracias a la cooperación molecular, lo que
sugiere que ésta puede ser tan antigua como la vida misma. Como es
obvio, sus ideas se enmarcan dentro de la hipótesis del “mundo de ARN”
que sugiere que la biología primordial carecía de ADN y de proteínas,
siendo el ARN responsable tanto de la herencia como del metabolismo. El
nuevo artículo es realmente sugerente, aunque todavía queda mucho para
que resolvamos el misterio del origen de la vida. Nos lo cuentan James
Attwater & Philipp Holliger, “Origins of life: The cooperative
gene,” Nature, Published online 17 October 2012,
que se hacen eco del artículo técnico de Nilesh Vaidya, Michael L.
Manapat, Irene A. Chen, Ramon Xulvi-Brunet, Eric J. Hayden & Niles
Lehman, “Spontaneous network formation among cooperative RNA
replicators,” Nature, Published online 17 October 2012 (recomiendo a los biomatemáticos echar una ojeada al modelo matemático que aparece en la Información Suplementaria del artículo).
La química prebiótica
estudia todos los procesos físico-químicos naturales que tuvieron lugar
en la Tierra primitiva, desde su formación como planeta hasta la
emergencia del primer sistema autoreplicativo en el cual empezaron a
operar los procesos de selección natural de la evolución. Esta rama de
la ciencia se ataca desde dos frentes relacionados pero bien
diferenciados; por un lado, el origen abiótico de los precursores
químicos de la vida, como los aminoácidos, azúcares y primeros
polímeros, y por otro lado, la autoorganización molecular de las
reacciones químicas que dieron lugar a las redes metabólicas y de
replicación de las primeras células. En este segundo frente se enmarca
el nuevo artículo, cómo las primeras ribozimas (enzimas de ARN que
catalizan reacciones químicas) dieron lugar a las primeras redes de
reacciones químicas.
Vaidya et al. han utilizado una variante de ciertas ribozimas de una proteobacteria del género Azoarcus
que se obtienen por autoensamblado de fragmentos de ARN inactivos (Eric
J. Hayden, Niles Lehman, “Self-Assembly of a Group I Intron from
Inactive Oligonucleotide Fragments,” Chemistry & Biology 13: 909-918, 2006).
Estas ribozimas son autocatalizadoras, es decir, catalizan la reacción
química que las produce; los compuestos autocatalíticos no son
catalizadores en sentido estricto, ya que su estructura química se
altera durante el proceso, pero sin alterar sus propiedades
“autocatalizadoras.” Estas ribozimas son capaces de auto-organizarse en
una red cíclica de reacciones químicas (como muestra la figura que abre
esta entrada).
Una vez formada la red de reacciones gracias a la cooperación, la
acumulación de mutaciones en cada una de las ribozimas del ciclo puede
conducir a una especialización de cada reacción que conlleva la
adquisición de nuevas funciones. De esta forma aparece una red
metabólica en un ciclo donde antes solo se tenía la repetición de una
reacción autocatalítica. El gran hallazgo de Vaidya et al. ha sido
demostrar que estos ciclos cooperativos los ARN que actúan como
ribozimas adquieren ventajas a la hora de replicarse, pues la red es más
robustas ante la acumulación de mutaciones dañinas, es decir, adquieren
ventajas evolutivas. Durante un tiempo suficiente, el proceso
cooperativo demostrado en laboratorio por los autores podría ser
suficiente para formar redes complejas de reacciones químicas robustas
ante futuras mutaciones. La cooperación molecular podría ser clave para
responder a la pregunta sobre cómo pudieron surgir las primeras redes
metabólicas que luego se encapsularon dentro de una membrana para dar
lugar a las primeras paleobacterias.
En resumen, un artículo muy interesante que aporta información muy
valiosa sobre los mecanismos que pudieron tener lugar en la Tierra
primigenia para dar lugar al nacimiento de la vida. Obviamente, serán
necesarios estudios futuros para clarificar estas ideas, que a mí me
parecen muy sugerentes.
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