miércoles, 3 de octubre de 2012

La rebelión que cambió el calendario

Fuente: Naukas
Fotograma de la serie “Roma” en la que aparece el calendario romano tras el cambio “segedano”. | Wikimedia Commons
¿Te has preguntado alguna vez por qué en el mundo occidental el inicio del año arranca el día 1 de enero? Puede resultar difícil de creer, pero la “culpa” de que sea esa la fecha escogida y no otra la tuvieron los habitantes de un asentamiento celtibérico llamado Segeda–cerca de la actual Calatayud, en Zaragoza–, al declararse en rebeldía frente a la poderosa Roma Republicana.
Corría el año 155 a.C. cuando los habitantes de Sekaisa (Segeda) decidieron comenzar a construir una imponente muralla que, tras rodear el oppidum, alcanzaría un perímetro de unos 7,5 kilómetros. Cuando la noticia llegó a Roma, el Senado ordenó que se paralizaran las obras amparándose en los tratados alcanzados en época de Graco, tras la Primera Guerra Celtíbera. Además, aprovecharon para reclamar el pago de tributos y la entrega de tropas.
A pesar de la advertencia, los belos de Segeda argumentaron que Graco había prohibido que se fundaran nuevas ciudades fortificadas, pero no que se amurallaran las ya existentes. En cuenta a la entrega de tributos y soldados, los segedanos recordaron a Roma que habían quedado exentos de dicho pago.
Roma no tardó en tomar la decisión de actuar contra aquellos rebeldes celtíberos. Sin embargo, había un problema. Para poder reclutar un ejército capaz de derrotar a los celtíberos había que esperar a que se celebraran las elecciones anuales de magistrados, que tenían lugar al inicio del año, en aquel entonces el 15 de marzo. Aquello suponía un gran inconveniente, pues contando con el tiempo para llevar a cabo la leva y el traslado de la tropa, era muy probable que a la llegada de las legiones a la Celtiberia los belos hubieran terminado de fortificar Segeda y, para colmo, con el duro invierno ya comenzado.
Esa fue la razón de que los romanos tomasen una decisión inaudita: trasladaron el comienzo del año del 1 de marzo al 1 de enero, y de ese modo consiguieron llegar a tiempo ante los muros inacabados del oppidum celtíbero. Un temible ejército con cerca de 30.000 hombres (dos legiones, más 5.000 jinetes y las tropas auxiliares), comandado por el cónsul Quinto Fulvio Nobilior, hizo huir en estampida a los habitantes del enclave, que escaparon en dirección a la Numancia de sus vecinos arévacos.
Aquella rebelión de Segeda no solo cambió el comienzo del calendario (que todavía conservamos), sino que dio inicio a la Segunda Guerra Celtibérica y plantó la semilla de la tercera, que culminaría con el célebre asedio a Numancia.
Así que ya sabes, si en la actualidad celebras la llegada del Año Nuevo cada 1 de enero, la culpa es de unos irreductibles celtíberos maños…

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