viernes, 24 de octubre de 2025

La Dama de Encajes y la Bruja de Batalla (19): Galas, Gritos y Genios Despertados



Nuestra hazaña en la Bibliotheca Universalis no pasó desapercibida. Al regresar a la Academia Morgath con la Profesora Vance y una docena de otras almas rescatadas, fuimos recibidas como heroínas. Mi nombre, para mi disgusto, se susurraba con una mezcla de asombro y curiosidad en los antiguos pasillos de la academia. La Decana, por supuesto, aprovechó la oportunidad. La invitación a la Gala del Solsticio de Verano ya no era una petición, sino una orden implícita. Seríamos las invitadas de honor.

La gala era un torbellino de poder, política y magia. El Gran Salón del castillo estaba iluminado por estrellas en miniatura que orbitaban bajo un techo encantado para mostrar el cosmos en tiempo real. La corte real, con el rey y la reina a la cabeza, observaba desde un estrado elevado, sus ojos de halcón buscando a los graduados más prometedores.

Cada una de nosotras encontró su lugar en el caos.

Samu, radiante con una túnica que cambiaba de color con su estado de ánimo, era la estrella de la noche. Ya no era la hija fugitiva de un duque, sino una heroína y una hechicera de poder demostrado. Se movía con confianza entre sus antiguos colegas, intercambiando diagramas de runas por un nuevo hechizo de cristalización y compartiendo notas sobre la teoría del caos dimensional. Vi de lejos cómo el Príncipe Theron intentaba acercarse a ella, solo para ser despachado con una sonrisa cortés y una frialdad que lo dejó sin palabras.

Zafira, con un vestido hecho de luz de luna y chismorreos, estaba en su salsa. Flotaba de un grupo de nobles a otro, absorbiendo las intrigas. <ZAFIRA (vía comunicador)>: "La Baronesa de Shadowfen está intentando envenenar la reputación del Conde de Silver-Spire acusándolo de usar magia ilegal para mejorar sus cosechas. ¡Qué drama! ¡Me encanta!"

Valkyrie, una imponente estatua de belleza y poder con un vestido de gala que no lograba ocultar su fuerza, permanecía a mi lado, observando la escena con la mirada táctica de un general. Las puñaladas aquí no eran de acero, sino de palabras y rumores, y Val parecía encontrarlas mucho más peligrosas.

Y yo... yo estaba siendo acosada. La Decana, con una copa de vino encantado en la mano, no me dejaba en paz. —Natalia, querida, lo que hiciste en la biblioteca fue la prueba definitiva —dijo en voz baja pero intensa—. No usaste la fuerza, usaste la narrativa. La creatividad. Esa es una forma de magia tan antigua como el propio tiempo. Tu "esencia", tu alma, resuena con un poder que podría desbloquear no solo cuatro, sino quizás cinco evocaciones naturales. ¡Podrías cambiar los fundamentos de nuestra comprensión de la magia!

—Decana, con todo respeto, mi campo es la ciencia —repliqué, mientras mis sensores analizaban la composición del vino—. Mi teoría sobre la estabilidad universal sugiere que la incursión de una mente de un universo de Nivel 9 como el mío en las artes mágicas podría tener consecuencias impredecibles y catastróficas.

—¡O podría crear un puente entre nuestros mundos! —insistió ella, con los ojos brillantes de fervor—. Piensa en ello, Natalia. Las puertas de mi laboratorio privado siempre estarán abiertas para ti.

Antes de que pudiera negarme de nuevo, una conmoción recorrió mi comunicador. Un mensaje cifrado de alta prioridad. No era para mí. Era para Val.


De vuelta en la seguridad de nuestro universo de bolsillo, Val abrió el mensaje. Era de Destello. El texto era breve y directo.

"Dr. Pesadilla ha despertado del coma."

El mundo de Valkyrie se detuvo. La vimos pasar por un torbellino de emociones: shock, miedo, esperanza... —Tengo que verlo —susurró.

—No puedes, Val —dije con suavidad—. Tu licencia está revocada. Legalmente, no puedes acercarte a menos de quinientos metros de la prisión de máxima seguridad Aegis.

—¡Pero es mi padre!

Justo cuando su frustración amenazaba con desbordarse, una segunda alerta, esta vez una alarma general para todos los héroes, rugió en el canal que Destello nos había abierto. Una brecha de seguridad masiva en el Aegis. Un ataque coordinado.

En la pantalla holográfica, vimos las imágenes de las cámaras de seguridad. Un grupo de supervillanos estaba arrasando las defensas exteriores. Un hombre que creaba ciclones con las manos, una mujer que se movía como un fantasma intangible, un bruto con una piel de roca impenetrable...

Valkyrie entrecerró los ojos, su radar psiónico trabajando a pleno rendimiento incluso a través de las dimensiones. —La coordinación... el patrón de ataque psíquico... es él. El Emperador Universal.

No era una fuga. Era una extracción. El Emperador quería sacar al Dr. Pesadilla.

—Necesita a mi padre —dijo Val, la comprensión y el horror mezclándose en su voz—. Quiere que le construya algo. Un arma... o algo peor. Como un intensificador de control mental.

Sonó una llamada directa de Destello. Su rostro apareció en la pantalla, manchado de hollín. —¡Val, estamos superados! ¡Kosmos está ocupado con un ataque en la órbita! ¡Somos solo nosotros y el Golem! ¡Este equipo es nuevo, no los conocemos! ¡Los necesitamos! ¡Te necesitamos, Val! Oficialmente o no. ¡Por favor!

Valkyrie no dudó ni un segundo. La melancolía desapareció, reemplazada por la fría y dura llama de la heroína que siempre había sido.

—Nat, abre un portal a las coordenadas de Destello. Samu, Zafira, preparaos para el combate.

Su misión era clara y terriblemente irónica. No iba a visitar a su padre. No iba a liberarlo. Iba a proteger su prisión de aquellos que querían secuestrarlo. Iba a salvar a su padre de convertirse, una vez más, en un arma.

Mientras el portal se arremolinaba ante nosotras, mostrando un paisaje de explosiones y caos, me di cuenta de que los hilos de nuestras vidas se volvían cada vez más complejos. La cura de Kaelen, el Ansible de los Cybrids, el potencial mágico de mi alma... todo eso tendría que esperar. La familia, incluso una tan rota como la de Valkyrie, siempre iba primero.

CONTINUARÁ...

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