Artículo publicado el 24 de septiembre de 2012 en The Physics ArXiv Blog
La Tierra es un punto de color azul
pálido cuando se observa desde el espacio. Ahora, los astrobiólogos han
determinado los colores más probables que pueden presentar los planetas
similares a la Tierra que orbitan otras estrellas.
Cuando la sonda Voyager 1 estaba a punto
de abandonar el Sistema Solar en 1990, el astrónomo estadounidense Carl
Sagan sugirió que se girasen las cámaras de la nave espacial hacia su
planeta de origen a unos 3000 millones de kilómetros de distancia.
A la fotografía obtenida se le llama el Punto Azul Pálido y muestra a la Tierra como una diminuta mota blanco-azulada sobre el gran vacío del espacio. Más tarde, Sagan utilizó esta frase para el título de un libro sobre su visión del futuro de la humanidad en el espacio.
Debido al color tan peculiar de la
Tierra, una pregunta interesante es qué color tendría una Tierra
extraterrestre que orbite a otra estrella. Hoy por hoy disponemos de una
respuesta con diferentes opciones por parte de Siddharth Hedge del
Instituto Max Planck para la Astronomía (Max Planck Institute for
Astronomy) en Alemania y de Lisa Kaltenegger del Centro
Harvard-Smithsonian para la Astrofísica (Harvard-Smithsonian Center for
Astrophysics) en Cambridge, Massachusetts.
Señalan que el color de la Tierra está
íntimamente relacionado con su habitabilidad y, en particular, al color
del agua que cubre el 70 por ciento de la superficie terrestre. Sin
embargo, el color también está determinado por otros factores
ambientales como los desiertos, la nieve, la cubierta de líquenes sobre
las rocas y la cubierta de vegetación que cubre el 60 por ciento de la
tierra.
En particular, la vegetación es la responsable del aumento del famoso
“red edge” (borde rojo) que un extraterrestre vería al rotar la Tierra.
Es el resultado de un incremento de la absorción de luz roja debido a
la fotosíntesis cuando un océano desaparece de la vista siendo
remplazado por una superficie cubierta de árboles.
Si un exoplaneta se asemeja a la Tierra,
sobre todo en la cantidad de agua líquida sobre su superficie, entonces
su color sería una pieza clave, afirman Hedge y Kaltenegger. Asumiendo
una atmósfera transparente que permita ver la superficie, hacen una
estimación del color de las “Tierras extraterrestres” basándose en el
porcentaje de la superficie cubierta de agua, de vegetación arbórea, de
lechos bacterianos, de endolitos, que viven en el interior de las rocas,
y de muchos más factores.
Llegan a la conclusión de que debería
ser posible evaluar la habitabilidad de los exoplanetas que pueden ser
observados con estas características, un proceso que debería ayudar a
centrar el interés en los exoplanetas más importantes.
Los puntos azulados, por ejemplo, serían
más prioritarios que los puntos rojos similares a Marte, mientras que
el planeta rojo carezca de vida, que es lo que podemos decir por el
momento.
Esto podría convertirse en una técnica
muy práctica. Hoy en día, el número de Tierras extraterrestres se sitúa
en tres (Gliese 581d, HD 85512b y Gliese 667Cc). Pero ese número está
llamado a aumentar de forma drástica en los próximos meses y años cuando
las observaciones como las de la sonda Kepler de la NASA nos faciliten
más datos. Por lo que encontrar una forma de filtrar a los exoplanetas
más interesantes será seguro de gran utilidad.
Fecha Original: 24 de septiembre de 2012
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