Fuente: Ciencia Kanija
Artículo publicado el 18 de abril de 2012 en la Universidad de Pennsilvanya
Los robots autorreplicantes autónomos
(exobots) son la forma de explorar el universo, buscar e identificar
vida extraterrestre y puede que de paso limpiar la chatarra espacial, en
opinión de un ingeniero de la Universidad Estatal de Pennsilvanya (Penn
State), quien aprovecha para recordar que el proyecto SETI de búsqueda
de vida inteligente extraterrestre ha llegado a su 50 aniversario.
“La premisa básica es que la exploración
humana del espacio debe ser tremendamente eficiente, viable
económicamente, y autónoma ya que situar al ser humano más allá de la
órbita baja de la Tierra está cargado de dificultades tanto técnicas
como político-económicas”, afirmó John D. Mathews, profesor de
Ingeniería Electrónica, en la última edición del Journal of the British Interplanetary Society.
Si hay extraterrestres ahí fuera, ellos deben tener los mismos problemas que nosotros, necesitarán conservar recursos, estarán limitados por las leyes de la física y puede que no estén impacientes por encontrarnos, según Mathews.
Sugiere que “solo desarrollando
y haciendo uso de naves robóticas autorreplicantes (y los sistemas de
comunicación correspondientes) podremos llegar a explorar de forma
eficiente el espacio exterior, incluso para llegar al Cinturón de
Asteroides, por no hablar de las vastas regiones del Cinturón de Kuiper,
la Nube de Oort y más allá”.
Mathews supone que cualquier
extraterrestre debería seguir el mismo camino para llegar a las
estrellas, enviando robots en lugar de seres vivos. Esto explicaría de
alguna manera por qué el proyecto SETI no ha tenido éxito a día de hoy.
“Si son como nosotros, y
también padecen gobiernos poco operativos y el resto de problemas que
nos asolan”, apunta Mathews, “no querrán invertir mucho en comunicarse
con nosotros”.
Es extremadamente difícil emitir señales
por la Galaxia y requiere una cantidad ingente de recursos. Las
emisiones de radio tienen que enviarse en todas direcciones para abarcar
el cielo, y la energía necesaria para que se emitan por el espacio
es muy elevada.
“Los láseres infrarrojos
actuales son perfectamente capaces de establecer comunicación a través
de nuestro sistema solar”, comenta Mathews. “El problema en el caso
de SETI es que utiliza haces muy dirigidos”.
Las comunicaciones entre dos puntos
usando tecnología infrarroja requiere menos energía, pero las señales
son extremadamente direccionales. Si los extraterrestres están
utilizando una señal de infrarrojos producida por un láser,
nunca notaríamos sus señales al estar específicamente orientadas hacia
sus objetivos.
Mathews opina que si la exploración por
parte de los humanos no es posible, los robots podrían ir donde mucha
gente no quiere y hacer lo que muchos no quieren, no solo en la Tierra,
sino también en el espacio.
Para minimizar el coste propone que los
primeros robots se construyan en la Luna para aprovechar los recursos y
la ligerísima gravedad (una sexta parte de la de la Tierra). Apunta que
ya disponemos de la tecnología para crear estos ”exobots”, salvo la
fuente compacta de energía. Para crear una red de robots autónomos que
puedan pasarse información de unos a otros y transmitirla a la Tierra,
los vehículos deben poder localizar su posición exacta y conocer la
hora. Con estas dos referencias, tendrían que poder determinar dónde se
encuentran los robots situados a su alrededor y transmitirles
información y datos a través de un haz láser de infrarrojos.
“La parte más cara en cualquier
lanzamiento es escapar de la superficie de la Tierra y su fuerza de
gravedad”, afirma Mathews. “Sería también más fácil localizar la
chatarra espacial en las órbitas cercana y geosincrónica e incluso
reciclarla”.
Inicialmente, los exobots cumplirían dos
propósitos: limpiar la chatarra espacial acumulada y monitorizar los
más de 1200 asteroides cercanos a la Tierra que son particularmente
peligrosos en cuanto al acercamiento que suponen al desplazarse en sus
órbitas.
“En primer lugar, deberíamos lanzar
estos vehículos robóticos para aprender algo sobre estos asteroides y
depositar balizas en ellos para identificarlos y rastrearlos”, comenta
Mathews.
Finalmente, la red de exobots,
autorreplicantes, autónomos y con capacidad de aprendizaje, se
esparcirán por el sistema solar y más allá a través de la Galaxia,
utilizando los recursos que van encontrando para poder continuar con su
misión. La comunicación a través de láseres infrarrojos implica
comunicación a la velocidad de la luz, que es lo más rápido que podemos
conseguir.
“Creemos que en la búsqueda de
inteligencia extraterrestre, ET quiere en realidad ser encontrado”
diceMathews. “Pero, ¿quién tiene los recursos energéticos suficientes
para intentar saludar con su metafórica mano a través de la Galaxia?”.
Afirma que es más probable que uno de nuestros exobots intercepte alguna señal de uno de los suyos si tomamos la iniciativa.
Fecha Original: 18 de abril de 2012
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