Artículo publicado por Vanessa D’amico el 18 de abril de 2011 en Universe Today.
Desde finales del siglo XX, los astrónomos conocen datos que sugieren que el universo no sólo se expande, sino que lo hace a un ritmo acelerado. De acuerdo con el modelo actualmente aceptado, esta expansión acelerada se debe a la energía oscura, una misteriosa fuerza repulsiva que forma el 73% de la densidad de energía del universo. Ahora, un nuevo estudio revela una teoría alternativa: Que la expansión del universo en realidad se debe a la relación entre materia y antimateria. De acuerdo con este estudio, materia y antimateria se repelen gravitatoriamente entre sí y crean un tipo de “antigravedad” que podría eliminar la necesidad de la energía oscura en el universo.
Massimo Villata, científico del Observatorio de Turín en Italia, empezó el estudio con dos grandes suposiciones. Primero, propuso que tanto materia como antimateria tienen masa y densidad de energía positivas. Tradicionalmente, la influencia gravitatoria de una partícula viene determinada simplemente por su masa. Una masa positiva indica que la partícula atraerá gravitatoriamente a otras partículas. Bajo la suposición de Villata, esto también se aplica a las antipartículas. Por lo que bajo la influencia de la gravedad, las partículas atraen a otras partículas y las antipartículas a sus homólogas. ¿Pero qué tipo de fuerza tiene lugar entre partículas y antipartículas?
Para resolver esta cuestión, Villata necesitó de una segunda suposición – que la relatividad general es invariante CPT. Esto significa que las leyes que gobiernan las partículas de materia común en un campo ordinario en el espacio-tiempo, pueden aplicarse igualmente a escenarios en los que la carga (carga eléctrica y números cuánticos internos) y el tiempo se invierten, como sucede para la antimateria. Cuando inviertes las ecuaciones de la relatividad general en carga, paridad y tiempo para cualquier partícula o el campo por el que viaja la partícula, el resultado es un cambio de signo en el término de la gravedad, haciendo que sea negativo en lugar de positivo lo que implica una antigravedad entre ambas partículas.
Villata citó el conocido ejemplo de la manzana cayendo sobre la cabeza de Isaac Newton. Si una anti-manzana cae sobre una anti-Tierra, se atraerán y la anti-manzana golpeará al anti-Newton en la cabeza; sin embargo, una anti-manzana no puede “caer” sobre una Tierra normal que está hecha de la materia común. En lugar de esto, la anti-manzana saldrá despedida de la Tierra debido al cambio de signo en la gravedad. En otras palabras, si la relatividad general es, de hecho, invariante CPT, la antigravedad provocaría que partículas y antipartículas se repelieran mutuamente. A una escala mucho mayor, Villata afirma que el universo se expande debido a esta potente repulsión entre materia y antimateria.
¿Qué hay del hecho de que materia y antimateria se sabe que se aniquilan entre sí? Villata resuelve esta paradoja colocando la antimateria muy lejos de la materia, en los enormes vacíos entre los cúmulos de galaxias. Estos vacíos se cree que se generaron a partir de minúsculas fluctuaciones negativas en el campo de densidad primordial, y parece poseer un tipo de antigravedad, que repele a la materia lejos de ellos. Por supuesto, la razón por la que los astrónomos no observan antimateria en los vacíos aún está en el aire. En palabras de Villata, “Hay más de una posible respuesta, que tendrán que ser investigadas”. La investigación aparece en la edición de este mes de la revista Europhysics Letters.
Autor: Vanessa D’amico
Fecha Original: 18 de abril de 2011
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