Artículo publicado por Emma Marris el 19 de septiembre de 2013 en Nature News
Los investigadores calculan que el planeta abandonará la ‘zona habitable’ del Sol en 1750 millones de años.
La Tierra podrá albergar vida durante
otros 1750 millones de años aproximadamente, de acuerdo con un estudio
publicado el 18 de septiembre en la revista Astrobiology1.
El método usado para hacer los cálculos puede identificar también
planetas fuera del Sistema Solar con ‘periodos habitables’ largos, que
podrían ser los mejores lugares en los que buscar vida.
La zona habitable alrededor de una estrella es el área en la que un planeta que se encuentre orbitando en ella, pueda tener agua líquida en su superficie, el disolvente perfecto para las reacciones químicas que son base de la vida. Demasiado lejos de la estrella, y el agua se convertirá permanentemente en hielo y se condensará su dióxido de carbono; demasiado cerca, y el agua se convertirá en vapor de agua que escapa al espacio.
Las zonas habitables no son estáticas.
La luminosidad de una estrella normal aumenta conforme su composición y
reacciones químicas evolucionan a lo largo de miles de millones de años,
alejando la zona habitable. Un grupo de investigadores informaban en
marzo de que la Tierra está más cerca del borde interno de la zona
habitable del Sol de lo que anteriormente se pensaba2.
El límite interior de la zona habitable
del Sol se aleja a un ritmo de aproximadamente un metro por año. El
último modelo predice un tiempo de vida total para la zona habitable de
la Tierra de entre 6300 millones y 7800 millones de años, lo que sugiere
que la vida en el planeta ya ha consumido el 70% de su tiempo. Otros
planetas – especialmente los que se formaron cerca del límite exterior
de la zona habitable de la estrella, o que orbitan a estrellas de masa
baja y vida larga – pueden tener tiempos de vida para su zona habitable
de 42 000 millones de años, o más.
Los autores sugieren que los científicos
que buscan vida en otros planetas deberían centrarse en aquellos que
han ocupado sus zonas habitables durante al menos, tanto tiempo como la
Tierra – como es el caso de HD40307g, que se encuentra a 12,9 pársecs
(42 años luz) de la Tierra.
La vida es compleja
Pero es posible que la Tierra necesitase
de un tiempo anormalmente largo para desarrollar vida avanzada, dice
Caleb Scharf, astrobiólogo de la Universidad de Columbia en Nueva York.
“Es el viejo problema de extraer conclusiones a partir de un solo dato”,
dice. El coautor del estudio Mark Claire, astrónomo en la Universidad
de St. Andrews, en el Reino Unido, está de acuerdo, pero añade que si él
llevase a cabo una misión para encontrar vida en un planeta terrestre,
probablemente apuntaría con sus telescopios a un planeta que hubiese
estado en la zona habitable tanto tiempo como fuese posible.
Los críticos también sugieren que la
fórmula usada por los investigadores es demasiado simple. El modelo
asume que los planetas extrasolares tienen atmósferas similares a la de
la Tierra, así como una composición y acción de placas tectónicas
similar. Colin Goldblatt, climatólogo planetario en la Universidad de
Victoria, en Canadá, dice que sin incluir dinámica climática, como
composición atmosférica y volumen, los resultados no son muy útiles para
predecir la habitabilidad. “Si me pides que construya un planeta
habitable donde está Venus, puedo hacerlo; si me pides que construya un
planeta muerto donde está la Tierra, también puedo hacerlo”, señala
Goldblatt.
“Hay mucho espacio para nuevas
formulaciones de la zona habitable”, concuerda Claire. Por ahora, los
investigadores no saben mucho sobre estos planetas extrasolares. Pero
los cálculos de la zona habitable podrían demostrar ser interesantes
también cerca de casa.
Conforme el Sol aumente su brillo, la
Tierra se convertirá en un lugar demasiado caliente para la vida, y
Marte entrará en la zona habitable. “Si los humanos siguen estando por
aquí dentro de mil millones de años, ciertamente imaginaría que viviesen
en Marte”, señala Claire.
Nature doi:10.1038/nature.2013.13788
Artículos de referencia
1.- Rushby, A. J., Claire, M. W., Osborn, H. & Watson, A. J. Astrobiology 13, 833–849 (2013).
2.- Kopparapu, R. K. et al. Astrophys. J. 765, 131 (2013).
Autor: Emma Marris
Fecha Original: 19 de septiembre de 2013
Enlace Original
No hay comentarios:
Publicar un comentario