
La teoría actual de la evolución galáctica indica que la fusión de galaxias fue un proceso muy habitual en las primeras etapas de la evolución del universo tras la edad oscura. Ya se han observado pares de cuásares (cada uno con un agujero negro supermasivo en su centro) separados por una distancia corta, entre 6 000 y 300 000 años luz de distancia, que se interpretan como que están en proceso de fusión mutua. La fusión de dos superagujeros negros conduce a la formación de un superagujero negro con un horizonte de sucesos mayor que la suma de ambos. También se han observado galaxias cercanas con dos núcleos activos, como NGC 6240 (dos núcleos activos separados unos 2 600 años luz) y Mrk 463 (separados unos 13 000 años luz), sin embargo, nadie podía imaginar que se llegara a observar una galaxia cercana (NGC 3393 está a unos 50 megapársecs, o unos 160 millones de años de luz de distancia) con dos núcleos activos separados por menos de 500 años luz. Una distancia tan corta indica que los dos superagujeros negros están en pleno proceso de fusión. El estudio detallado de su dinámica dará una información muy relevante sobre la dinámica de las colisiones galácticas y la fusión de sus superagujeros negros.
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