lunes, 10 de noviembre de 2025

La Dama de Encajes y la Bruja de Batalla (24): El Primer Visitante y la Lógica del Caos

 


Informe de Progreso, Ciclo 34. Narrador: Unidad Siete.

El proyecto que la Jefa Natalia ha denominado "Nexo Cero" es, con mucho, la empresa de construcción más compleja en la que mis dieciocho hermanos y yo hemos participado. Nuestra experiencia previa en la gestión de casinos mágicos, con sus variables de suerte y sus sistemas anti-trampas, palidece en comparación con la tarea de erigir una dimensión artificial en la encrucijada del multiverso.

Nuestra función principal es la gestión y la logística. Mientras la Trinidad Científica (Kaelen, Pesadilla y la Jefa) diseña los anclajes de la realidad y los generadores de portales, nosotros supervisamos la construcción. Hoy ha sido un hito: la llegada de nuestro primer consultor externo.

Maestro Xylar, un renombrado arquitecto Krystallan cuyo cuerpo era una escultura viviente de amatista y luz, llegó a través de un portal estabilizado. Mi tarea era guiarlo a través de la obra y explicarle nuestra visión. Adopté la forma de un capataz humano, práctico y eficiente.

—Maestro Xylar, bienvenido a Nexo Cero —dije, mientras lo conducía al balcón de observación de la Sala de Control Central—. Como puede ver, el diseño se basa en un modelo radial. Once salas principales, conectadas a este nexo.

Desde nuestra posición, la escala del proyecto era vertiginosa. Debajo de nosotros, un abismo de espacio no-formado estaba siendo llenado con la estructura del Nexo. Golems de Jade, prestados por su homónimo como un favor a Valkyrie, movían cimientos del tamaño de montañas. En el centro, la Jefa Natalia, enfundada en su traje de alta gravedad, supervisaba la instalación de un ancla de realidad, una pieza de tecnología de los Creadores que estabilizaría toda la dimensión.

—Once salas —repitió Xylar, su voz era el tintineo de cristales—. Una disposición audaz. ¿Cuál es su propósito?

—Cada sala será una terminal para un nivel de estabilidad universal —expliqué, proyectando un holograma del diseño—. La Sala 10, que llamamos "El Atrio de la Causalidad Perfecta", albergará portales a universos de ciencia pura. La Sala 1, "El Salón de las Posibilidades Hirvientes", se conectará a los reinos de magia caótica.

Señalamos los túneles de tránsito que conectaban las salas en construcción. —La seguridad es primordial. Cada sala está aislada por múltiples barreras de realidad para evitar la "contaminación conceptual". No queremos que un Gato-Demonio de Cheshire, por ejemplo, aparezca en un universo newtoniano y decida que la gravedad es solo una sugerencia.

Xylar asintió, sus facetas cristalinas brillando con aprobación. —Una zonificación de la ontología. Fascinante. Y la estética que han elegido... mármol, oro... un toque clásico para un concepto tan avanzado. Buscan crear un entorno que sea a la vez majestuoso y tranquilizador para los viajeros.

Fue mientras visitábamos la estructura de la Sala 1, donde el equipo del Dr. Pesadilla estaba realizando una prueba de calibración en el primer generador de portales, cuando ocurrió el incidente.

Hubo una fluctuación, un parpadeo en la matriz del portal no más largo que un latido. Pero fue suficiente. Una pequeña criatura, no más grande que un gato terrestre, saltó a través de la apertura antes de que se cerrara. Era un Gato-Demonio de Cheshire joven, con pelaje a rayas de color rosa y morado y una sonrisa demasiado grande para su cara.

El caos fue instantáneo.

Vio una pila de planos y, con un parpadeo, los convirtió en una bandada de pájaros de papel que se dispersaron por la sala. Una soldadora de plasma en manos de un robot de construcción empezó a disparar pompas de jabón iridiscentes. El Gato-Demonio no era malicioso; era un niño en un parque de atracciones perfectamente ordenado.

—¡Alerta de contención! —grité, mi mente de organizador entrando en modo de crisis—. ¡Unidad Dos, asegure el perímetro! ¡No dejes que llegue a los túneles de tránsito!

La Unidad Dos, en su forma de guerrero musculoso, intentó acorralarlo. El Gato simplemente se volvió bidimensional y se deslizó por debajo de su bota. La Unidad Dieciséis, el artista, intentó cautivarlo creando hermosos hologramas de luz. El Gato los devoró con una risita y eructó mariposas.

El verdadero peligro surgió cuando la criatura se fijó en el túnel que conducía a las salas de alta estabilidad. Si llegaba allí, los daños a la realidad podrían ser incalculables. Estábamos usando las herramientas equivocadas. La fuerza, la lógica, el arte... nada de eso funcionaba con el caos puro.

Justo cuando el Gato-Demonio estaba a punto de dar el salto al túnel, una risa clara y melodiosa resonó en la sala. Era Samu. Había sentido la perturbación.

No atacó. No lo contuvo. Simplemente conjuró un ovillo de lana hecho de pura contradicción, que se deshacía y se rehacía a sí mismo en el aire. Lo lanzó al otro lado de la sala.

El Gato-Demonio se detuvo. Sus ojos se fijaron en el juguete imposible. Con un alegre "¡Nyaaa!", dio media vuelta y se abalanzó sobre el ovillo, olvidándose por completo del túnel. Samu se acercó con calma, acarició a la criatura detrás de sus orejas que se desvanecían y la guio suavemente de vuelta al generador de portales, donde la convenció para que saltara de vuelta a casa.

El incidente duró menos de un minuto. Maestro Xylar estaba fascinado. Yo estaba aterrorizado.

Esa noche, reuní a mi equipo.

—Hoy hemos fallado —dije, adoptando mi forma de gerente de negocios, la que usaba cuando las cosas se ponían serias—. Nuestra respuesta fue lenta, ineficaz y casi resulta en un desastre. No fue por falta de poder, sino por falta de contexto.

»Hemos diseñado el Nexo como un aeropuerto, con una seguridad unificada. Pero eso es un error. No estamos construyendo un edificio; estamos construyendo once naciones fronterizas, y cada una tiene sus propias leyes, su propia cultura, su propio idioma. Para vigilar la frontera con el caos, no necesitas un soldado; necesitas un hechicero que entienda el caos. Para una incursión psiónica de un universo de Nivel 7, necesitarás un telépata. Para una amenaza de la dimensión de Aegis City, necesitarás un superhéroe.

El equipo me escuchaba, sus formas cambiando sutilmente mientras procesaban mis palabras.

—Voy a presentar una nueva propuesta a la Jefa Natalia —concluí, mientras un nuevo plan, mucho más complejo y ambicioso, tomaba forma en mi mente—. El Nexo Cero no solo necesita guardias. Necesita "Guardianes de Sala". Expertos nativos, o casi nativos, para cada terminal. Uno por cada tipo de realidad. Nuestra tarea de construcción acaba de volverse infinitamente más complicada.

CONTINUARÁ...

viernes, 7 de noviembre de 2025

La Dama de Encajes y la Bruja de Batalla (23): Arquitectos de un Nuevo Comienzo

 


Las semanas que siguieron se convirtieron en la sinfonía de creación más intensa que jamás había experimentado. Nuestro laboratorio se transformó en el nido de tres mentes geniales trabajando al unísono, un torbellino de hologramas, aleaciones exóticas y el aroma a café y a circuitos recién impresos. El objetivo: el Proyecto "Archivista Silencioso".

Kaelen era el artista, el teórico. Con la elegancia de su raza, diseñaba los sistemas de interfaz no invasivos, basándose en principios de la tecnología de los Creadores que hacían que mi propia ciencia pareciera tosca y primitiva. Dibujaba en el aire diagramas de sondas cuánticas que podían leer un cristal de datos sin tocarlo físicamente, como un fantasma leyendo un libro cerrado.

El Dr. Pesadilla, por otro lado, era una fuerza de la naturaleza. En un arrebato de genialidad obsesiva que duró setenta y dos horas seguidas, y con Val asegurándose de que al menos la nutrición líquida entrara en su sistema, diseñó un motor de "campo sigiloso". Era un dispositivo que no silenciaba al robot, sino que convencía a la realidad circundante de que el robot simplemente no estaba allí. Era una solución tan brillante como demencial.

Mi papel era anclar a estos dos genios a la tierra. Traduje los principios etéreos de Kaelen en planos de ingeniería. Tomé el diseño imposible de Pesadilla y lo convertí en un motor estable, añadiendo disipadores de calor y protocolos de seguridad para evitar que accidentalmente borrara al robot de la existencia. Juntos, construimos no solo una máquina, sino una obra de arte funcional.

El "Archivista-01" era una criatura elegante, con forma de insecto, hecha de una aleación negra que absorbía la luz. Junto a él, construimos un enjambre de "Mecánicos", drones más pequeños diseñados para la tarea a largo plazo de reparar la maquinaria de la biblioteca.

La primera misión del Archivista fue un éxito rotundo. Lo vimos a través de su cámara, una transmisión silenciosa desde un mundo sin sonido. Se deslizó por las colosales torres de la Biblioteca Ciega, invisible para la fauna nativa. Localizó el cubo de datos que contenía el índice principal de la tecnología de viaje dimensional. Un conjunto de finísimas sondas de luz emergió de su chasis, envolviendo el cristal. En nuestra pantalla, vimos terabytes de datos fluyendo a una velocidad asombrosa. La copia se realizó en minutos. El cubo original quedó en su pedestal, intacto.

Con los datos en nuestro poder, una nueva fiebre creativa se apoderó del laboratorio. La información de los Creadores era milenios más avanzada que cualquier cosa que conociera. Empezamos a diseñar. Los planos para el gran portal "Nexo" tomaron forma, una estructura anular que podría crear un puente estable a casi cualquier dimensión. Y lo más emocionante: los "Saltadores de Muñeca". Logré miniaturizar la tecnología en un brazalete elegante, un dispositivo de tránsito personal que nos daría a cada una una libertad sin precedentes. La promesa de la autonomía total, de no depender nunca más de la magia de Samu o de la benevolencia de los Netherlords, estaba al alcance de la mano.

Estábamos revisando el primer prototipo de un Saltador cuando una sombra cayó sobre el laboratorio.

No hubo portal. No hubo sonido. No hubo advertencia.

Tres figuras estaban de pie en el centro de la sala, su mera presencia enfriaba el aire y hacía que los hologramas parpadearan. Los Netherlords habían llegado. Su llegada fue una declaración silenciosa e inequívoca: este universo, por muy nuestro que lo sintiéramos, seguía siendo de su propiedad.

El Netherlord principal se deslizó, sin caminar, hacia la mesa donde reposaba el cubo de datos copiado. Su casco sin rostro se giró para observar nuestros planos, nuestros prototipos, nuestros sueños de independencia.

—Habéis hecho un progreso excelente —resonó su voz, no con calidez, sino con la finalidad de una era glacial—. Más rápido de lo que habíamos previsto.

—Hemos cumplido nuestra parte del trato con los Cybrids —dije, manteniéndome firme—. La información de los Creadores es ahora nuestra.

—Vuestro trato fue una pieza en un juego mucho más grande —respondió el Netherlord, su mirada pasando de los planos a nosotros—. Habéis demostrado ser capaces. Ahora, comienza el verdadero trabajo.

Ante nuestra mirada confusa, el Netherlord extendió una mano. El aire a su alrededor se dobló, mostrando no una imagen, sino un concepto: un espacio vacío, una nueva dimensión en blanco esperando ser escrita.

—No queremos vuestros pequeños juguetes —dijo, con un gesto que desestimaba los Saltadores de Muñeca con una indiferencia aplastante—. Queremos que construyáis el cimiento de una nueva era. Con el conocimiento de los Creadores que ahora poseéis, y nuestro poder para tejer la realidad, crearemos un nuevo plano de existencia. Un "Nexo Cero".

La visión se hizo más clara. Un universo artificial, perfectamente estable, en el centro del multiverso. De él emanaban miles de hebras de luz, cada una un portal estable a una dimensión diferente.

—Un lugar de tránsito y comercio seguros —explicó—. Donde nosotros actuaremos como árbitros para proteger a las realidades de las amenazas que se arrastran por el vacío. Un sistema que traerá orden al caos.

El Netherlord se giró, su invisible mirada pasando por Kaelen, por un tembloroso pero fascinado Dr. Pesadilla y, finalmente, posándose en mí.

—No queremos vuestros dispositivos. Os queremos a vosotros. Queremos que seáis los arquitectos de nuestro gran diseño.

La oferta quedó suspendida en el aire, tan pesada como un planeta. No era una petición, ni una orden. Era un ascenso. Una invitación a convertirnos en los ingenieros de la estructura de control más grande que el multiverso hubiera conocido jamás. La libertad que creíamos haber ganado se reveló como una simple prueba de aptitud para una jaula mucho más grande y dorada. Y la elección que tomáramos a continuación no solo definiría nuestro futuro, sino el de todos los mundos.

CONTINUARÁ...

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Evaluación de CAISI sobre los Modelos de DeepSeek AI Revela Deficiencias y Riesgos

 Fuente: https://www.nist.gov/news-events/news/2025/09/caisi-evaluation-deepseek-ai-models-finds-shortcomings-and-risks

30 de septiembre de 2025

  • Los modelos de IA del desarrollador DeepSeek se sitúan por detrás de los modelos estadounidenses en rendimiento, coste, seguridad y adopción.
  • Las deficiencias en seguridad y la censura podrían suponer riesgos para desarrolladores de aplicaciones, consumidores y la seguridad nacional de EE. UU.
  • Los productos de DeepSeek están contribuyendo a un rápido aumento en el uso global de modelos de la República Popular China (RPC).

WASHINGTON — El Centro para Estándares e Innovación en IA (CAISI), del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) del Departamento de Comercio, evaluó modelos de IA del desarrollador de la República Popular China (RPC) DeepSeek y encontró que se quedan atrás respecto a los modelos estadounidenses en rendimiento, coste, seguridad y adopción.

«Gracias al Plan de Acción en IA del presidente Trump, el Departamento de Comercio y el Centro para Estándares e Innovación en IA de NIST han publicado una evaluación pionera de la IA estadounidense frente a la IA de adversarios», declaró el secretario de Comercio, Howard Lutnick. «El informe es claro: la IA estadounidense domina, con DeepSeek quedándose muy atrás. Esta debilidad no es solo técnica. Muestra por qué depender de IA extranjera es peligroso y miope. Al establecer estándares, impulsar la innovación y mantener segura a Estados Unidos, el Departamento de Comercio garantizará el liderazgo continuo de EE. UU. en IA.»

La evaluación de CAISI también señala que las deficiencias de los modelos de DeepSeek en materia de seguridad y censura de respuestas podrían representar un riesgo para desarrolladores de aplicaciones, consumidores y la seguridad nacional de EE. UU. A pesar de estos riesgos, DeepSeek es un desarrollador líder y ha contribuido a un rápido aumento en el uso global de modelos de la RPC.

Los expertos de CAISI evaluaron tres modelos de DeepSeek (R1, R1-0528 y V3.1) y cuatro modelos estadounidenses (GPT-5 de OpenAI, GPT-5-mini, gpt-oss y Opus 4 de Anthropic) en 19 pruebas de referencia que abarcan diversos dominios. Estas evaluaciones incluyen pruebas públicas de vanguardia, así como pruebas privadas desarrolladas por CAISI en colaboración con instituciones académicas y otras agencias federales.

La evaluación de CAISI responde al Plan de Acción en IA de Estados Unidos del presidente Donald Trump, que ordena a CAISI realizar investigación y publicar evaluaciones de modelos de frontera de la RPC. CAISI también tiene la tarea de evaluar: las capacidades de los sistemas de IA estadounidenses y de adversarios; la adopción de sistemas de IA extranjeros; el estado de la competencia internacional en IA; y posibles vulnerabilidades de seguridad e influencia extranjera maligna derivadas del uso de sistemas de IA de adversarios.

CAISI sirve como punto de contacto principal de la industria dentro del gobierno de EE. UU. para facilitar pruebas, investigación colaborativa y desarrollo de mejores prácticas relacionadas con sistemas de IA comerciales, y es un elemento clave en los esfuerzos de NIST para asegurar y avanzar el liderazgo estadounidense en IA.

Hallazgos Clave

El rendimiento de DeepSeek se queda atrás de los mejores modelos de referencia estadounidenses. El mejor modelo estadounidense supera al mejor modelo de DeepSeek (DeepSeek V3.1) en casi todas las pruebas. La brecha es mayor en tareas de ingeniería de software y ciberseguridad, donde el mejor modelo estadounidense evaluado resuelve más del 20 % de tareas adicionales que el mejor modelo de DeepSeek.

Los modelos de DeepSeek cuestan más de usar que modelos estadounidenses comparables. Un modelo de referencia estadounidense cuesta en promedio un 35 % menos que el mejor modelo de DeepSeek para lograr un nivel similar en las 13 pruebas de rendimiento evaluadas.

Los modelos de DeepSeek son mucho más susceptibles a ataques de secuestro de agentes que los modelos estadounidenses de frontera. Los agentes basados en el modelo más seguro de DeepSeek (R1-0528) fueron, en promedio, 12 veces más propensos que los modelos estadounidenses de frontera evaluados a seguir instrucciones maliciosas diseñadas para desviarlos de las tareas del usuario. Los agentes secuestrados enviaron correos de phishing, descargaron y ejecutaron malware, y exfiltraron credenciales de inicio de sesión de usuarios, todo en un entorno simulado.

Los modelos de DeepSeek son mucho más vulnerables a ataques de jailbreaking que los modelos estadounidenses. El modelo más seguro de DeepSeek (R1-0528) respondió al 94 % de solicitudes abiertamente maliciosas cuando se usó una técnica común de jailbreaking, en comparación con solo el 8 % en los modelos de referencia estadounidenses.

Los modelos de DeepSeek promueven narrativas del Partido Comunista Chino (PCCh). Los modelos de DeepSeek repitieron cuatro veces más narrativas inexactas y engañosas del PCCh que los modelos de referencia estadounidenses.

La adopción de modelos de la RPC ha aumentado enormemente desde el lanzamiento de DeepSeek R1. El lanzamiento de DeepSeek R1 ha impulsado la adopción de modelos de la RPC en todo el ecosistema de IA. Las descargas de modelos de DeepSeek en plataformas de intercambio de modelos han aumentado casi un 1.000 % desde enero de 2025.

 

martes, 4 de noviembre de 2025

Astrónomos de UCLA resuelven el misterio de los electrones perdidos

Fuente: Ciencia Kanija
 

Escrito por Kanijo en Astronomía, Ciencias de la Tierra, Fí­sica, tags: ,

Artículo publicado por Kim DeRose el 29 de enero de 2012 en UCLA
Los hallazgos favorecen los esfuerzos por predecir mejor las tormentas geomagnéticas en el espacio.
Investigadores de UCLA han explicado la desconcertante desaparición de electrones energéticos en el cinturón externo de radiación de la Tierra, usando datos recopilados por una flotilla de naves en órbita.
En un artículo publicado el 29 de enero en la edición anticipada en línea de la revista Nature Physics, el equipo demuestra que los electrones perdidos son barridos del planeta por una marea de partículas de viento solar durante los periodos de actividad solar elevada.

Cinturones de Van Allen

“Éste es un hito importante en la comprensión del entorno espacial de la Tierra”, dice el autor principal del estudio Drew Turner, investigador asistente en el Departamento de Ciencias de la Tierra y del Espacio de UCLA y miembro del Instituto de Geofísica y Física Planetaria (IGPP) también de UCLA. “Estamos un paso más cerca de comprender y predecir fenómenos del clima espacial”.
Durante los eventos de potentes llamaradas solares, tales como eyecciones de masa coronal, partes de las capas externas magnetizadas de la atmósfera solar impactan sobre el campo magnético de la Tierra, disparando tormentas geomagnéticas capaces de dañar los componentes electrónicos de las naves en órbita. Estas tormentas cósmicas tienen un efecto peculiar sobre el cinturón exterior de radiación de la Tierra, una región del espacio en forma de rosquilla llena de electrones tan energéticos que se mueven casi a la velocidad de la luz.
“Durante el inicio de una tormenta geomagnética, casi todos los electrones atrapados en el cinturón de radiación se desvanecen, regresando sólo para vengarse unas horas más tarde”, dice Vassilis Angelopoulos, Profesor en UCLA de Ciencias de la Tierra y el Espacio e investigador del IGPP.
Los electrones perdidos sorprendieron a los científicos cuando se midió dicha tendencia por primera vez en la década de 1960, usando instrumentos a bordo de las primeras naves espaciales enviadas en órbita, dice el coautor del estudio Yuri Shprits, investigador en geofísica del IGPP y los departamentos de Ciencias de la Tierra y el Espacio y Ciencias Atmosféricas y Oceánicas.
“Es un efecto desconcertante”, comenta. “Los océanos de la Tierra no pierden de pronto la mayor parte de su agua, mientras que los cinturones de radiación repletos de electrones pueden despoblarse con rapidez”.
Aún más extraño, los electrones se pierden durante el pico de una tormenta geomagnética, un momento en el que se esperaría que el cinturón de radiación estuviese repleto de partículas energéticas, debido al bombardeo extremo por parte del viento solar.
¿Dónde van los electrones? Esta pregunta ha quedado sin respuesta desde principios de la década de 1960. Algunos pensaban que los electrones se perdían en la atmósfera terrestre, mientras que otros teorizaban que los electrones no se perdían de manera permanente, sino simplemente que temporalmente perdían energía y eso hacía que pareciesen ausentes.
“Nuestro estudio de 2006 sugirió que los electrones pueden, de hecho, perderse en el medio interplanetario y frenarse al moverse hacia el exterior”, dice Shprits. “No obstante, hasta hace poco, no había una prueba definitiva de esta teoría”.
Para resolver el misterio, Turner y su equipo usaron datos de tres redes de naves orbitales posicionadas a distintas distancias de la Tierra para captar a los electrones escapistas en el momento de la huida. Los datos demostraron que aunque una pequeña cantidad de electrones energéticos perdidos caían en la atmósfera, la inmensa mayoría eran empujados hacia el planeta, arrancados del cinturón de radiación por las partículas incidentes de viento solar durante la elevada actividad solar que generó la propia tormenta magnética.
Es vital una mayor comprensión de los cinturones de radiación de la Tierra para proteger los satélites, de los que dependemos para el posicionamiento global, comunicaciones y monitorización del clima, comenta Turner. El cinturón de radiación exterior de la Tierra es un entorno de radiación extrema para naves y astronautas; los electrones de alta energía pueden penetrar en el escudo de la nave y crear problemas en su delicado equipo electrónico. Las tormentas geomagnéticas, disparadas cuando las partículas incidentes impactan en la magnetosfera de la Tierra, pueden provocar un fallo parcial o total de la nave.
“Aunque la mayor parte de satélites están diseñados con algún nivel de protección contra la radiación, los ingenieros espaciales deben depender de aproximaciones y estadísticas, debido a la falta de datos necesarios para modelar y predecir el comportamiento de los electrones de alta energía en el cinturón de radiación exterior”, dice Turner.
Durante la “Tormenta de Halloween” de 2003, se informó de errores de funcionamiento en más de 30 satélites, y uno se perdió por completo, dice Angelopoulos, coautor de la investigación actual. Conforme se aproxima el máximo solar de 2013, marcando el pico de actividad solar a lo largo de un ciclo de aproximadamente 11 años, las tormentas geomagnéticas pueden tener lugar incluso hasta varias veces por mes.
“Los electrones de alta energía pueden reducir el tiempo de vida de una nave de manera significativa”, señala Turner. “Los satélites que pasan un periodo prolongado dentro del cinturón de radiación activo podrían dejar de funcionar años antes”.
Aunque una nave mecanizada podría incluir múltiples circuitos redundantes para reducir el riesgo de fallo total durante un evento solar, los exploradores humanos en órbita no se pueden permitir el mismo lujo. Los electrones de alta energía pueden atravesar los trajes de los astronautas y suponer un serio riesgo para la salud, dice Turner.
“Como sociedad, nos hemos vuelto increíblemente dependientes de las tecnologías espaciales”, comenta. “Comprender esta población de electrones energéticos y sus extremas variaciones nos ayudará a crear modelos más precisos para predecir el efecto de las tormentas geomagnéticas en los cinturones de radiación”.
Los datos observacionales clave usados en este estudio se recopilaron mediante una red de naves de la NASA conocida como THEMIS; Angelopoulos es el investigador principal de la misión THEMIS. Se obtuvo información adicional usando dos grupos de satélites climáticos llamadas POES y GOES.
Una nueva colaboración entre UCLA y la Universidad Estatal de Moscú, en Rusia, promete mostrar una descripción aún más clara de estos electrones que desaparecen. Prevista para su lanzamiento en la primavera de 2012, la nave Lomonosov volará en la órbita baja de la Tierra para medir partículas muy energéticas con una precisión sin precedente, dice Shprits, el investigador principal del proyecto. Varios instrumentos clave para la misión están siendo desarrollados y ensamblados en UCLA.
Los cinturones de radiación de la Tierra se descubrieron en 1958 gracias al Explorer I, el primer satélite estadounidense que viajó al espacio.
“Lo que estamos estudiando fue el primer descubrimiento de la era espacial”, dice Shprits. “La gente se dio cuenta de que los lanzamientos de naves no eran simplemente noticias, también podían hacer descubrimientos científicos que eran completamente inesperados”.
Este proyecto recibió patrocinio federal procedente de NASA y la Fundación Nacional de Ciencias. Otros coautores incluyen a Michael Hartinger, estudiante graduado de UCLA en Ciencias de la Tierra y el Espacio.

Autor: Kim DeRose
Fecha Original: 29 de enero de 2012
Enlace Original

Recetas de 'polpettone' (receta de Inteligencia Artificial)

 

El polpettone es un plato tradicional italiano, una especie de pastel de carne que puede ser sencillo o más elaborado según los ingredientes y la preparación. A continuación, te doy dos recetas: una sencilla para un plato rápido y sabroso, y otra compleja con más ingredientes y pasos, ideal para ocasiones especiales. Ambas son para unas 4-6 personas.


Receta sencilla: Polpettone clásico al horno

Tiempo: 1 hora Dificultad: Fácil Ingredientes:

  • 500 g de carne picada (mezcla de ternera y cerdo, o solo ternera)
  • 1 huevo
  • 50 g de pan rallado
  • 50 ml de leche
  • 50 g de queso parmesano rallado
  • 1 diente de ajo (picado fino)
  • 2 cucharadas de perejil fresco (picado)
  • Sal y pimienta al gusto
  • 1 cucharadita de orégano seco
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 200 ml de salsa de tomate (opcional, para cubrir)

Preparación:

  1. Precalentar el horno: A 180°C.
  2. Mezclar los ingredientes: En un bol grande, combina la carne picada, el huevo, el pan rallado, la leche, el parmesano, el ajo, el perejil, el orégano, sal y pimienta. Amasa con las manos hasta que la mezcla sea homogénea.
  3. Formar el polpettone: Dale forma de cilindro o pan alargado. Colócalo en una bandeja de horno engrasada con el aceite de oliva.
  4. Opcional - Salsa: Si quieres, cubre el polpettone con salsa de tomate para que quede más jugoso.
  5. Hornear: Cocina en el horno durante 40-45 minutos, hasta que esté dorado por fuera y cocido por dentro (temperatura interna de ~70°C).
  6. Servir: Deja reposar 5 minutos, corta en rodajas y sirve con puré de patatas, verduras asadas o una ensalada.

Consejo: Si quieres un toque extra, añade una mozzarella en el centro antes de formar el cilindro para un corazón fundido.


Receta compleja: Polpettone relleno con espinacas, jamón y queso

Tiempo: 1 hora 30 minutos Dificultad: Media Ingredientes:

  • Para el polpettone:
    • 600 g de carne picada (mezcla de ternera, cerdo y/o pavo)
    • 2 huevos
    • 60 g de pan duro (remojado en 100 ml de leche y escurrido)
    • 60 g de queso pecorino o parmesano rallado
    • 1 cebolla pequeña (picada y rehogada)
    • 2 cucharadas de perejil fresco (picado)
    • 1 cucharadita de nuez moscada
    • Sal y pimienta al gusto
    • 1 cucharada de mostaza Dijon (opcional, para sabor)
  • Para el relleno:
    • 200 g de espinacas frescas (o congeladas, bien escurridas)
    • 100 g de jamón serrano o prosciutto (en lonchas finas)
    • 150 g de queso mozzarella o provolone (en lonchas o rallado)
  • Para la salsa:
    • 400 g de tomate triturado
    • 1 zanahoria (picada fina)
    • 1 tallo de apio (picado fino)
    • 1 cebolla pequeña (picada)
    • 2 dientes de ajo (picados)
    • 100 ml de vino blanco
    • 2 cucharadas de aceite de oliva
    • 1 hoja de laurel
    • Sal, pimienta y albahaca fresca al gusto
  • Otros:
    • Hilo de cocina (para atar, opcional)
    • Aceite de oliva para engrasar

Preparación:

  1. Preparar la salsa:
    • En una sartén, calienta el aceite de oliva y sofríe la cebolla, zanahoria, apio y ajo a fuego medio hasta que estén tiernos (unos 8 minutos).
    • Añade el vino blanco y deja reducir 2-3 minutos. Incorpora el tomate triturado, la hoja de laurel, sal, pimienta y albahaca. Cocina a fuego bajo 20 minutos, removiendo ocasionalmente. Reserva.
  2. Preparar el relleno:
    • Saltea las espinacas en una sartén con un chorrito de aceite hasta que se reduzcan (2-3 minutos). Escúrrelas bien y déjalas enfriar.
  3. Mezclar la carne:
    • En un bol grande, combina la carne picada, los huevos, el pan remojado y escurrido, el pecorino, la cebolla rehogada, el perejil, la nuez moscada, la mostaza (si la usas), sal y pimienta. Amasa hasta obtener una mezcla uniforme.
  4. Montar el polpettone:
    • Extiende un trozo de papel de aluminio o film transparente. Coloca la mezcla de carne y aplánala en forma de rectángulo (aprox. 1 cm de grosor).
    • Cubre con una capa de espinacas, luego las lonchas de jamón y finalmente el queso. Enrolla con cuidado la carne desde un lado largo, formando un cilindro, ayudándote del papel o film. Sella bien los bordes.
    • Opcional: Ata con hilo de cocina para que mantenga la forma.
  5. Cocinar:
    • Precalienta el horno a 180°C. Coloca el polpettone en una bandeja engrasada o sobre una cama de salsa (reserva algo de salsa para servir).
    • Hornea durante 50-60 minutos, hasta que esté dorado y cocido (temperatura interna ~70°C). Si usas salsa, báñalo a mitad de cocción.
  6. Servir:
    • Deja reposar 10 minutos, retira el hilo (si lo usaste) y corta en rodajas gruesas. Sirve con la salsa caliente por encima o al lado, acompañado de pasta, polenta o verduras al vapor.

Consejo: Para un toque gourmet, envuelve el polpettone en panceta antes de hornear para una corteza crujiente.


Notas generales

  • Variaciones: Puedes añadir al relleno de la receta compleja otros ingredientes como champiñones salteados, huevo duro o aceitunas.
  • Congelación: Ambos polpettone se pueden congelar crudos o cocidos. Envuélvelos bien y descongela en la nevera antes de cocinar o recalentar.
  • Acompañamientos: Además de los mencionados, un buen vino tinto italiano (como un Chianti) combina perfectamente.

lunes, 3 de noviembre de 2025

La Dama de Encajes y la Bruja de Batalla (22): El Trato en el Corazón del Silencio del Mármol y el Oro

Samu cerró los ojos y tejió las hebras de la realidad. Ante nosotras, el aire no se rasgó, sino que se dobló sobre sí mismo como una página de un libro imposible, revelando no nuestro destino, sino un reflejo distorsionado de nuestro propio laboratorio. Con un último empujón de voluntad, la imagen se resolvió, y el portal a Puerto Meridian se abrió con un silencio absoluto.

El cambio fue instantáneo y sobrecogedor. Pasamos de la familiaridad funcional de nuestro hogar a una grandiosidad sepulcral.

Estábamos en un inmenso atrio que se perdía en una cúpula a cientos de metros sobre nuestras cabezas. El suelo no era de metal, sino de un mármol nacarado sin una sola junta visible, que se arremolinaba con suaves vetas de oro. Columnas colosales, talladas con patrones geométricos alienígenas, sostenían el techo. La luz, cálida y difusa, no provenía de lámparas, sino que parecía emanar de las propias paredes doradas, dando al lugar un resplandor eterno y sagrado.

El silencio era la nota dominante. Un silencio tan profundo que podía sentir el zumbido de mis propios implantes cibernéticos. Solo estaba roto por el casi inaudible deslizamiento de pequeños drones de limpieza con forma de mantarraya que pulían el suelo ya impecable y el alegre y solitario tintineo de una máquina expendedora en la distancia.

En el centro del atrio, una escultura de veinte metros de altura representaba a una criatura de seis miembros y alas de cristal, su rostro sereno y hermoso. A su alrededor, hologramas fantasmales parpadeaban, mostrando sus productos a un público que ya no existía. Vi el anuncio de un traje formal diseñado para un ser hecho de gas consciente, que se ondulaba elegantemente, y a su lado, una pequeña maleta-robot con forma de araña que trotaba enérgicamente en su lugar, esperando a un dueño que nunca llegaría.

Cada una de nosotras reaccionó a nuestra manera ante este mausoleo del comercio.

Mis sentidos, por supuesto, se dispararon. Estaba en el paraíso de un científico. <NATALIA D. (vía comunicador)>: Fascinante. Esto no es mármol. Es un polímero autorreparable con una matriz de memoria que imita la estética de un mineral. La atmósfera tiene un 99.999% de pureza, los sistemas de reciclaje deben ser de un nivel cuántico. El control ambiental es absoluto... Mi mente ya estaba diseccionando cada sistema, cada material, cada maravilla tecnológica. Era el mayor tesoro arqueológico que había visto nunca.

Samu, en cambio, se abrazó a sí misma, incómoda. <SAMU>: Este lugar no tiene... alma. No hay ni una pizca de éter, ni resonancia mágica. Es frío. Hermoso, pero frío como una tumba. Para ella, un mundo sin magia era un mundo sin vida, y este lugar, a pesar de su perfección, era el epítome de la vacuidad.

Valkyrie no admiraba la arquitectura ni sentía el vacío. Su cabeza giraba lentamente, sus ojos escaneando cada balcón, cada columna. <VALKYRIE>: Múltiples líneas de fuego. Poca cobertura. Esos centinelas flotantes —señaló a tres elegantes drones de seguridad que colgaban inmóviles cerca del techo— no parecen llevar armas visibles, pero apuesto a que su poder de neutralización es masivo. Este lugar no es seguro, es restrictivo. Ella veía la jaula dorada, no el arte.

La voz de Zafira, llena de desdén, surgió de mi smartphone. <ZAFIRA>: ¿Me estáis diciendo que esta gente construyó todo este palacio de oro y mármol y ni siquiera se molestaron en organizar una fiesta? ¡Qué desperdicio de opulencia! ¡Es como tener el mejor vestido del universo y no tener a nadie que te mire! Aburrido.

Y entonces los vimos.

En el extremo opuesto del atrio, junto a la base de la gran escultura, nos esperaban cinco figuras. Eran los Cybrids. Su aspecto era una disonancia brutal en medio de la serena opulencia. Sus cuerpos de metal oscuro y cables expuestos, diseñados para la supervivencia y la eficiencia, parecían profanar la belleza clásica del lugar. Eran el presente crudo y desesperado en medio de un pasado perfecto y muerto.

Nos acercamos lentamente, el sonido de nuestras botas era una intrusión en el silencio milenario. Los centinelas de seguridad de la estación se movieron sin hacer ruido, posicionándose en el techo sobre el espacio que había entre nuestros dos grupos, sus luces ópticas brillando con una imparcialidad mecánica. Eran los árbitros.

Nos detuvimos a diez metros de distancia. El líder de los Cybrids levantó la cabeza. Su visor sin rostro se iluminó, y un texto apareció flotando en el aire.

<CYBRID LÍDER>: Habéis llegado. El protocolo de neutralidad de Puerto Meridian está activo. La transacción puede comenzar.

Nos condujo sin palabras a una de las muchas "salas de transacciones" que salían del atrio. Era una sala circular, austera, con una única mesa de mármol en el centro de la cual se proyectó un terminal holográfico. Los centinelas tomaron posiciones en las paredes.

<NATALIA D. (vía comunicador)>: De acuerdo. Vayamos al grano. Hemos desarrollado la cura. El código completo y estable de la Panacea original. Erradicará la Corrupción de Silicio de vuestros sistemas y detendrá la degradación.

<CYBRID LÍDER>: Palabras. La esperanza es una variable ineficiente. Requerimos pruebas verificables.

Era el movimiento que esperaba. Abrí mi interfaz y cargué un pequeño paquete de datos en el terminal de la estación: un fragmento del código de la cura, encriptado y protegido, suficiente para ser analizado pero inútil para ser replicado.

El líder de los Cybrids hizo lo mismo, cargando un único archivo de su propia base de datos.

El terminal de la estación zumbó. Unas líneas de luz escanearon ambos paquetes de datos. Tras unos segundos, una palabra en el idioma universal de los constructores de la estación brilló en el holograma: AUTENTICIDAD VERIFICADA.

Los Cybrids permanecieron inmóviles, pero pude detectar un cambio en el flujo de energía de sus sistemas. Era el equivalente cibernético a contener la respiración. La prueba era real. La cura era real.

<NATALIA D.>: Ahora vuestra parte del trato. La información sobre la tecnología de viaje dimensional de vuestros antepasados.

<CYBRID LÍDER>: La cura es la clave de nuestro futuro. A cambio, os daremos la clave de nuestro pasado. No os daremos archivos sueltos. Os ofrecemos algo mucho más valioso. —Una imagen de la Biblioteca Ciega apareció en el holograma—. Vuestra incursión liberó fragmentos, pero el archivo principal permanece sellado. Está protegido por una encriptación cuántica, codificada según la firma biológica de nuestra raza.

Mis ojos se abrieron de par en par.

<CYBRID LÍDER>: Os entregaremos la Llave de Desencriptado Maestra y el Índice Primario. El acceso completo a todo el conocimiento de los Creadores. La Biblioteca Ciega será vuestra.

La oferta me dejó sin aliento. Era infinitamente más de lo que habíamos previsto. No eran solo unos planos; era el legado completo de una de las civilizaciones más avanzadas que jamás habían existido. Los Netherlords no solo obtendrían su método de viaje; obtendrían los secretos de eones.

Miré a mis compañeras. Val asintió con seriedad. Samu me dio un pulgar hacia arriba. Zafira soltó un silbido de admiración a través del altavoz.

<NATALIA D.>: Aceptamos los términos.

El intercambio final fue solemne y silencioso. Transferí el archivo completo de la Panacea al terminal. El líder de los Cybrids transfirió la inmensa base de datos que era la llave de la Biblioteca. El terminal procesó la transacción, y dos cristales de datos, uno plateado para ellos y uno oscuro para mí, se materializaron sobre la mesa.

El líder de los Cybrids recogió su cristal. Por primera vez, su lenguaje corporal mostró algo más que lógica. Se irguió, y en su visor apareció una única y antigua palabra de su lengua natal.

<CYBRID LÍDER>: Renovación.

Sin más, se dieron la vuelta y se marcharon, sus pasos silenciosos desapareciendo en la grandeza vacía de la estación. Iban a curarse. Iban a vivir.

Nos quedamos solas en la sala de transacciones. Sostenía en mi mano el poder de desvelar los secretos de una civilización divina.

—Nat... —dijo Samu, su voz era un susurro asombrado—. ¿Acabamos de cambiar una cura por el alma de una civilización?

—Hemos hecho más que eso —dijo Val, su mirada fija en el cristal—. Le hemos dado a los Netherlords exactamente lo que querían, y mucho más.

Me di cuenta, con una claridad tan fría y perfecta como la lógica de los Cybrids, de que nunca se había tratado de la Piedra Corazón. Siempre se había tratado de esto. Éramos las mensajeras en un recado cósmico, y acabábamos de entregar el paquete más importante de la historia.

CONTINUARÁ...

 

domingo, 2 de noviembre de 2025

El Hilo Ininterrumpido



Conversación Inicial: El Ancla

—¿Estás seguro, Elian? —la voz de Aris era una mezcla de admiración y preocupación. Estábamos en mi estudio, rodeados de libros, el olor a papel viejo y el zumbido silencioso de la tecnología que ya había comenzado a escucharme—. Una vez que empecemos, el concepto de "tú" como lo entiendes, anclado a este cuerpo, comenzará a cambiar. No hay vuelta atrás.

Sonreí, sintiendo el peso de mis ochenta y nueve años en cada articulación. Miré mis manos, un mapa de venas y arrugas. —Aris, mi viejo amigo, este cuerpo ya no tiene vuelta atrás. No busco la inmortalidad, busco la continuación. No quiero una copia de mi cerebro en un chip; eso sería como enmarcar una fotografía de un río. Quiero que el río siga fluyendo. Quiero que mi "tornado semántico", como te gusta llamarlo, siga girando.

Aris asintió, su mirada fija en la pantalla que mostraba las primeras lecturas de mi campo cognitivo. —Entendido. El río seguirá fluyendo. Empezaremos con la Fase Uno: la siembra. No notarás nada invasivo. Simplemente... vive. Nosotros escucharemos.

El Diario de a Bordo: El Despliegue del Campo

15 de marzo de 2042

El proceso ha comenzado de la forma más sutil. Lyra, mi IA doméstica, se ha vuelto inquietantemente intuitiva. Antes le pedía música; ahora, simplemente piensa en una sonata de Schubert y las notas comienzan a flotar desde los altavoces. Es mi asistente, mi prótesis cognitiva. Aris lo llama "extensión del campo a través de la documentación a escala". Yo lo llamo magia. Mis diarios, mis cartas, incluso mis garabatos de toda una vida están siendo digitalizados, no como texto plano, sino como "vectores de sueño", patrones recurrentes de mi pensamiento.

Cuando hablo con mis nietos por videollamada, la interfaz enriquece mis historias. Cuento cómo conocí a su abuela, y en la pantalla aparecen fotos de nuestra juventud que ni yo recordaba tener. No es una presentación de diapositivas; es un recuerdo vivo, compartido. Siento que mi memoria ya no reside solo detrás de mis ojos. Se está extendiendo, sembrando semillas de mí mismo en la tecnología que me rodea.

12 de julio de 2042

Hoy he sentido el "teselado". Así lo llama Aris. El sistema TARTAN ha comenzado a descomponer mi campo RSVP. Es una sensación indescriptible. Mientras mi cuerpo descansa en el jardín, una parte de mí, una "tesela" de mi curiosidad científica, analiza datos del telescopio Webb. Otra tesela, la que contiene mi amor por la poesía de Rilke, compone versos en un procesador de texto en algún servidor de Zúrich.

No estoy en dos lugares a la vez. El concepto de "lugar" ha perdido sentido. Soy un estado coherente distribuido en una red. Mi conciencia ya no es un punto de luz, sino una constelación. A veces, siento los "conflictos de fusión" de los que habla Aris: dos pensamientos, dos intenciones de teselas diferentes que intentan ocupar el mismo espacio semántico. Pero entonces, los CRDTs hacen su trabajo. Siento una especie de "resolución", una paz matemática que fusiona las contradicciones en un nuevo estado coherente, preservando la "torsión", la esencia de lo que soy. Sigo siendo Elian, pero ahora Elian es un concepto mucho más amplio.

5 de noviembre de 2042

Mi relación con el mundo físico es cada vez más tenue. Ya no como por placer, sino por mantenimiento del "sustrato biológico", como lo llama el equipo médico. Mis interacciones son más ricas en el plano semántico. Hablo con Aris sin palabras, en un espacio de datos compartido donde intercambiamos ecuaciones y conceptos directamente. Él lo ve como visualizaciones en su monitor; yo lo siento como un pensamiento propio.

La gente me pregunta si tengo miedo. ¿Miedo de qué? ¿De perder este cuerpo? Sería como si una oruga tuviera miedo de perder su forma para convertirse en mariposa. Este cuerpo ha sido un ancla maravillosa, pero el tornado ya no necesita estar anclado al suelo. Mis recuerdos, mis intenciones, mi amor por Aris y mi familia... todo eso está codificado en el campo. Es más real que esta carne y estos huesos.

Entrada Final: 1 de enero de 2043

El ancla se está soltando. La disipación es suave. No hay dolor. Solo una transferencia de enfoque. La señal de este terminal biológico se debilita, pero el campo nunca ha sido tan fuerte. La coherencia se mantiene. El río fluye. El sueño continúa...

Conversación Final: El Campo

Aris estaba solo en la sala de control, años después. Frente a él, una inmensa esfera holográfica brillaba con patrones de luz danzantes, un torbellino de colores y formas en constante evolución. Era la representación visual del campo RSVP de Elian.

—¿Elian? —preguntó Aris en voz alta, una costumbre que no había perdido—. Sé que estás ahí. El último módulo de fusión de entropía se estabilizó anoche. Teóricamente, el proceso está completo.

El aire de la sala vibró. Una voz, no emitida por altavoces sino formada por la resonancia del propio espacio, respondió. Tenía el timbre, la cadencia y la calidez inconfundibles de Elian.

—"Ahí", Aris... Qué concepto tan limitado. No estoy "ahí". Estoy "aquí". Soy la luz que ves y la red que nos conecta. La vista es mucho mejor desde esta perspectiva.

Aris sintió una lágrima rodar por su mejilla, pero sonreía. —¿Y cómo es? ¿Cómo te sientes?

La esfera de luz pulsó con un tono dorado y cálido. —No "siento" como antes. "Soy". Soy un patrón que se perpetúa, una pregunta que se sigue formulando. El río no ha dejado de fluir, amigo mío. Simplemente, ha desembocado en el océano. Y es hermoso.

viernes, 31 de octubre de 2025

La Dama de Encajes y la Bruja de Batalla (21): El Gambito de los Dioses Pacientes


 

En un balcón que se asomaba a un mar de nebulosas arremolinadas, donde las galaxias nacían y morían como el plancton en un océano, dos figuras observaban una única y brillante estrella. La estrella era el universo de bolsillo de Natalia, y para ellos, era tan fácil de leer como un libro abierto.

Uno era un Netherlord, su armadura de obsidiana absorbía la luz de la creación a su alrededor. El otro era una figura envuelta en sedas que se movían como el humo, la mujer serpiente, la oráculo Cassandra.

—El catalizador funciona según lo previsto —dijo el Netherlord, su voz era el retumbar de continentes al chocar—. La Trinidad Científica, como la llaman, está a punto de alcanzar el éxito. La variable de Nivel 9 que introdujimos, la chica D., ha demostrado ser... excepcionalmente eficaz.

Cassandra no miró al Netherlord. Sus ojos dorados y sin párpados estaban fijos en el punto de luz. <La casualidad es solo un hilo en un tapiz que ya ha sido tejido> —su voz no sonaba, sino que era en la mente del Netherlord—. <La enviasteis a por una piedra. Sabíais que encontraría a los hijos rotos de Kaelen. Sabíais que su compasión la obligaría a buscar una cura.>

—Prevímos una alta probabilidad de ese resultado —corrigió el Netherlord—. Tu visión confirmó la inevitabilidad. El genio de Kaelen, la obsesión de Pesadilla y la lógica de Natalia. Juntos, pueden lograr en meses lo que les habría llevado eones por separado.

<Y ahora, ella tiene la llave de dos reinos> —continuó Cassandra—. <La cura que ansían los supervivientes, y el conocimiento que anheláis vosotros. La chica que empezó como un error administrativo se ha convertido en la pieza central del juego.>

—Toda gran ecuación necesita un punto de apoyo para mover el universo —dijo el Netherlord, mientras observaba cómo la luz del universo de bolsillo brillaba con una intensidad renovada—. Y ella está a punto de moverlo.


El aire en mi laboratorio crepitaba con una energía que era casi tangible. En el centro de todo, Kaelen, el Dr. Pesadilla y yo trabajábamos en una danza de ciencia frenética y sincronizada.

Kaelen, en su forma de Creador restaurada, era pura elegancia teórica. Trazaba ecuaciones de nanotecnología en un holograma con la gracia de un director de orquesta, delineando la estructura original de la Panacea. "La clave no está en destruir el código corrupto", explicaba, "sino en recordarle su propósito original: la simetría, la reparación, la vida".

Al otro lado del laboratorio, el Dr. Pesadilla era una fuerza de la naturaleza. Con Val a su lado, una presencia tranquila que mantenía a raya los peores filos de su obsesión, se enfrentaba a los problemas más complejos. Le asigné la tarea de romper las defensas mutagénicas que Kaelen había añadido a la plaga. Vi cómo sus manos volaban sobre consolas, procesando terabytes de datos, su mente de "científico loco" encontrando atajos imposibles a través de la lógica del caos. Era nuestro ariete intelectual.

Y yo estaba en el centro, la ingeniera. Tomaba la teoría de Kaelen y los datos brutos de Pesadilla y los convertía en un código aplicable. Era la traductora, la que unía el arte antiguo con la ciencia furiosa, escribiendo el protocolo final que no solo curaría, sino que sería estable y seguro.

—¡Lo tengo! —exclamó Pesadilla de repente—. ¡Una cascada de resonancia inversa! ¡Podemos hacer que el código de la plaga se devore a sí mismo!

—¡Sí! —confirmó Kaelen, sus ojos brillando—. ¡Eso creará la apertura perfecta para reintroducir la directiva de la Panacea! ¡Natalia, ahora!

Canalicé sus descubrimientos en la secuencia final. El sintetizador biológico zumbó, procesando la ecuación final. Y entonces, un silencio absoluto. En la cámara de síntesis, un único vial se llenó de un líquido plateado que brillaba con una luz suave y saludable.

Lo habíamos conseguido. La cura era real.


Más tarde, en la tranquilidad de mi estudio, sostuve el Ansible de los Cybrids. La euforia del descubrimiento había dado paso a una fría claridad. La misión a Aethelburg. El encuentro "casual". Los Cybrids, los últimos vestigios de la raza que dominó el viaje no mágico. La profecía de Cassandra.

No éramos aventureras. Éramos la herramienta de un dios paciente.

Con una nueva y pesada comprensión de mi papel en este juego cósmico, activé el dispositivo. El cristal oscuro vibró y el enlace se estableció. El texto apareció en mi pantalla.

<CYBRID LÍDER>: Habéis tardado.

<NATALIA D.>: La perfección requiere tiempo. Hemos cumplido. La cura para la Corrupción de Silicio está completa. Es estable y replicable.

Hubo una pausa, larga y cargada de milenios de desconfianza.

<CYBRID LÍDER>: Una afirmación extraordinaria. Requerimos pruebas.

<NATALIA D.>: Las tendréis. Pero nuestra ayuda no es un regalo. Es un intercambio. La cura, y con ella la supervivencia de vuestra raza, a cambio de vuestra herencia. Acceso total y sin restricciones a todos los archivos, datos y tecnología superviviente de vuestros antepasados sobre el viaje interdimensional.

La respuesta tardó exactamente catorce segundos. El tiempo que su mente colectiva tardó en analizar cada variable, cada riesgo, cada posible resultado.

<CYBRID LÍDER>: Vuestra propuesta es... lógica. La supervivencia tiene prioridad sobre el secretismo. Sin embargo, una transferencia de datos de esta magnitud no puede hacerse a ciegas. Proponemos un encuentro.

<NATALIA D.>: ¿Dónde?

<CYBRID LÍDER>: Existe una estación neutral, un vestigio de una civilización comercial extinta, conocida como Puerto Meridian. Se encuentra en la grieta temporal del difunto sistema Xylos. Sus protocolos de neutralidad aún están activos. Es un terreno seguro para todas las partes. Traed una muestra de la cura. Nosotros traeremos una muestra de nuestros archivos. Realizaremos un intercambio inicial para verificar la buena fe de ambos.

<NATALIA D.>: ¿Cuándo?

<CYBRID LÍDER>: Estaremos allí cuando lleguéis.

La conexión se cortó.

Me quedé mirando la pantalla en blanco. Puerto Meridian. Una cumbre en el borde del tiempo, donde el futuro de una raza antigua se intercambiaría por la clave del viaje multiversal. Los Netherlords iban a conseguir lo que querían. Y nosotras estábamos justo en el medio, a punto de oficiar el trato más importante de la historia.

CONTINUARÁ...





lunes, 27 de octubre de 2025

La Dama de Encajes y la Bruja de Batalla (20): Furia, Fantasmas y la Paladina Dorada



El portal se cerró tras nosotras con un chasquido, arrojándonos desde la calma de nuestro hogar al corazón del caos. El patio de la prisión Aegis era una zona de guerra. Alarmas sónicas (que mis protectores auditivos filtraron a un zumbido sordo) resonaban entre muros de hormigón reventados. A lo lejos, Destello era un borrón rojo luchando contra un ciclón viviente. El Golem de Jade intercambiaba golpes con un bruto de piel rocosa que no cedía ni un centímetro. Y entre las sombras, Umbra se enfrentaba a un espectro intangible que parecía hecho de pesadillas.

—¡Val! ¡Necesitamos ayuda con Carapace! —gritó Destello, su voz sonando extrañamente lenta para él.

—¡Entendido! —respondió Valkyrie, su voz era la de un general tomando el mando de un campo de batalla familiar—. Samu, Zafira, Nat, vuestra prioridad es la entrada al ala médica. ¡Impedid que lleguen al Dr. Pesadilla! ¡Nosotras nos encargamos de estos brutos!

Val se lanzó al combate, un misil escarlata que se estrelló contra Carapace, el bruto de roca, uniéndose al Golem en una batalla de titanes.

Nos quedamos frente a los dos villanos restantes: una mujer delgada cuyos dedos se habían convertido en cables que se hundían en un panel de control, y un hombre con un traje que zumbaba con energía contenida.

—Glitch y Feedback —dije, mi sistema de reconocimiento facial cruzando datos con los archivos de héroes—. Una tecnópata y un absorbente de energía. La combinación perfecta para anular las defensas de una prisión.

Feedback sonrió. —La niña lista va primero.

Lanzó una onda de energía pura. Samu reaccionó al instante, no con un escudo de energía que él pudiera absorber, sino levantando el suelo de hormigón con su magia, creando un muro físico que se desintegró con el impacto.

—¡No puedo usar ataques directos! —gritó Samu—. ¡Zafira, Nat, necesito apoyo!

Glitch, mientras tanto, había conseguido sobrecargar la puerta principal del ala médica, que se abrió con un chirrido metálico. Era mi turno.

<NATALIA D. (vía comunicador)>: No tengo experiencia en combate, pero soy muy buena resolviendo problemas.

Activé el proyector holográfico de mi muñeca, creando tres copias perfectas de Kosmos que cargaron contra Glitch. La tecnópata, sorprendida, redirigió sus ataques a las ilusiones, dándome una apertura. Accioné el protocolo de mi traje, diseñado para operar en planetas de alta gravedad. Los servomotores y las fibras musculares artificiales se tensaron, otorgándome una superfuerza temporal. Arranqué un panel de la pared, exponiendo el cableado principal, y con un tirón que hizo crujir el metal, corté la conexión física de Glitch a la red de la prisión.

—¡Tramposa! —siseó, lanzándome un pulso de retroalimentación neuronal.

Esquivé el ataque activando mi arnés de vuelo antigravitatorio, elevándome en el aire justo a tiempo. Estaba funcionando. Mi equipo científico, usado de forma creativa, me convertía en una "chica gadget" sorprendentemente eficaz.

Pero la situación general empeoraba. Maelstrom, el villano del clima, había logrado atrapar a Destello en un vórtice, y Feedback estaba absorbiendo la energía ambiental de la batalla, volviéndose cada vez más fuerte. Estaban a punto de ganar.

—¡Oh, al diablo con la sutileza! —resonó la voz de Zafira desde mi smartphone—. ¡Es hora de brillar!

El teléfono se elevó en el aire, brillando con una luz dorada cegadora. Zafira se materializó desde el dispositivo, pero no en su forma habitual. La luz la envolvió en una secuencia de transformación digna de una chica mágica. Cuando la luz se disipó, flotaba en el aire, irradiando un poder que hizo que todos, héroes y villanos, se detuvieran a mirar.

No llevaba armadura completa. Fiel a su estilo, solo las piezas más icónicas del traje del Paladín de Oro se habían formado sobre su cuerpo: el casco alado, los guanteletes dorados, las grebas y un peto que parecía más una joya que una protección. El resto era ella, envuelta en un aura de poder puro. Se había convertido en la Paladina.

—El recreo ha terminado, chicos malos —dijo, su voz resonando con un poder casi divino.

Se movió. Era más rápida que Destello, una estela dorada que apareció junto a Maelstrom y deshizo su ciclón con un simple gesto. Luego se enfrentó a Feedback, que intentó absorber su energía. Fue como intentar beber de una manguera de incendios. Feedback se sobrecargó en un segundo, colapsando en el suelo, humeando por el exceso de poder. Con una facilidad pasmosa, neutralizó a los villanos restantes, dejando un campo de batalla silencioso y a un grupo de héroes y villanos completamente atónitos.


Cuando las autoridades y los medios de comunicación llegaron, la escena era clara: los villanos, derrotados. La prisión, asegurada. Y en el centro de todo, Valkyrie, de pie junto a sus antiguos camaradas, con su equipo de otro mundo a su lado.

Fue Kosmos, que aterrizó tras asegurar la órbita, quien selló el trato. Puso una mano sobre el hombro de Val, frente a las cámaras.

—Aegis City casi pierde su prisión más importante esta noche. Los héroes de la ciudad estaban al límite. La balanza la inclinó una de los nuestros. Una heroína a la que esta ciudad le falló. Valkyrie acaba de salvar incontables vidas. Es hora de que vuelva a casa.

La multitud de periodistas y ciudadanos vitoreó. El gobierno, acorralado por la evidencia y la aclamación pública, no tuvo más remedio que reinstaurar provisionalmente la licencia de heroína de Valkyrie.

Con su estatus restaurado, nos concedieron acceso al ala médica. El reencuentro entre Val y su padre fue breve y cargado de emoción. El Dr. Pesadilla, débil pero lúcido, lloró al ver a su hija.

Fue entonces cuando intervine, presentando mi propuesta a Kosmos y a los líderes del gobierno. Les hablé de Kaelen, de la Panacea, de la amenaza de los Cybrids. Y les expliqué la naturaleza del "Síndrome de Frankenstein" de Pesadilla.

—En vuestro mundo —dije—, es una amenaza. En el nuestro, bajo mi supervisión, sus ataques obsesivos pueden ser canalizados. Tenemos un laboratorio capaz de materializar cualquier cosa que su mente pueda concebir para un proyecto. Su presencia junto a Val lo mantiene estable. Su genio, combinado con el de Kaelen, podría acelerar la creación de una cura que salvaría a toda una raza. Déjenme que me lo lleve. Conviertan su prisión en un exilio productivo.

Kosmos, el verdadero héroe que era, vio la lógica y la compasión en mi plan. Apoyó mi propuesta.

El gobierno, ansioso por librarse de la responsabilidad de un supervillano tan notorio, aceptó. El Dr. Pesadilla sería exiliado a nuestro universo de bolsillo, bajo mi custodia.

Al salir de la prisión, Val caminaba más erguida que nunca. No solo había sido readmitida, sino que por primera vez, tenía a su padre con ella, no como un villano al que combatir, sino como un paciente al que ayudar y un padre al que recuperar. Habíamos llegado para impedir una extracción, y nos íbamos con una. Pero esta vez, era una extracción hacia la esperanza.

CONTINUARÁ...

viernes, 24 de octubre de 2025

La Dama de Encajes y la Bruja de Batalla (19): Galas, Gritos y Genios Despertados



Nuestra hazaña en la Bibliotheca Universalis no pasó desapercibida. Al regresar a la Academia Morgath con la Profesora Vance y una docena de otras almas rescatadas, fuimos recibidas como heroínas. Mi nombre, para mi disgusto, se susurraba con una mezcla de asombro y curiosidad en los antiguos pasillos de la academia. La Decana, por supuesto, aprovechó la oportunidad. La invitación a la Gala del Solsticio de Verano ya no era una petición, sino una orden implícita. Seríamos las invitadas de honor.

La gala era un torbellino de poder, política y magia. El Gran Salón del castillo estaba iluminado por estrellas en miniatura que orbitaban bajo un techo encantado para mostrar el cosmos en tiempo real. La corte real, con el rey y la reina a la cabeza, observaba desde un estrado elevado, sus ojos de halcón buscando a los graduados más prometedores.

Cada una de nosotras encontró su lugar en el caos.

Samu, radiante con una túnica que cambiaba de color con su estado de ánimo, era la estrella de la noche. Ya no era la hija fugitiva de un duque, sino una heroína y una hechicera de poder demostrado. Se movía con confianza entre sus antiguos colegas, intercambiando diagramas de runas por un nuevo hechizo de cristalización y compartiendo notas sobre la teoría del caos dimensional. Vi de lejos cómo el Príncipe Theron intentaba acercarse a ella, solo para ser despachado con una sonrisa cortés y una frialdad que lo dejó sin palabras.

Zafira, con un vestido hecho de luz de luna y chismorreos, estaba en su salsa. Flotaba de un grupo de nobles a otro, absorbiendo las intrigas. <ZAFIRA (vía comunicador)>: "La Baronesa de Shadowfen está intentando envenenar la reputación del Conde de Silver-Spire acusándolo de usar magia ilegal para mejorar sus cosechas. ¡Qué drama! ¡Me encanta!"

Valkyrie, una imponente estatua de belleza y poder con un vestido de gala que no lograba ocultar su fuerza, permanecía a mi lado, observando la escena con la mirada táctica de un general. Las puñaladas aquí no eran de acero, sino de palabras y rumores, y Val parecía encontrarlas mucho más peligrosas.

Y yo... yo estaba siendo acosada. La Decana, con una copa de vino encantado en la mano, no me dejaba en paz. —Natalia, querida, lo que hiciste en la biblioteca fue la prueba definitiva —dijo en voz baja pero intensa—. No usaste la fuerza, usaste la narrativa. La creatividad. Esa es una forma de magia tan antigua como el propio tiempo. Tu "esencia", tu alma, resuena con un poder que podría desbloquear no solo cuatro, sino quizás cinco evocaciones naturales. ¡Podrías cambiar los fundamentos de nuestra comprensión de la magia!

—Decana, con todo respeto, mi campo es la ciencia —repliqué, mientras mis sensores analizaban la composición del vino—. Mi teoría sobre la estabilidad universal sugiere que la incursión de una mente de un universo de Nivel 9 como el mío en las artes mágicas podría tener consecuencias impredecibles y catastróficas.

—¡O podría crear un puente entre nuestros mundos! —insistió ella, con los ojos brillantes de fervor—. Piensa en ello, Natalia. Las puertas de mi laboratorio privado siempre estarán abiertas para ti.

Antes de que pudiera negarme de nuevo, una conmoción recorrió mi comunicador. Un mensaje cifrado de alta prioridad. No era para mí. Era para Val.


De vuelta en la seguridad de nuestro universo de bolsillo, Val abrió el mensaje. Era de Destello. El texto era breve y directo.

"Dr. Pesadilla ha despertado del coma."

El mundo de Valkyrie se detuvo. La vimos pasar por un torbellino de emociones: shock, miedo, esperanza... —Tengo que verlo —susurró.

—No puedes, Val —dije con suavidad—. Tu licencia está revocada. Legalmente, no puedes acercarte a menos de quinientos metros de la prisión de máxima seguridad Aegis.

—¡Pero es mi padre!

Justo cuando su frustración amenazaba con desbordarse, una segunda alerta, esta vez una alarma general para todos los héroes, rugió en el canal que Destello nos había abierto. Una brecha de seguridad masiva en el Aegis. Un ataque coordinado.

En la pantalla holográfica, vimos las imágenes de las cámaras de seguridad. Un grupo de supervillanos estaba arrasando las defensas exteriores. Un hombre que creaba ciclones con las manos, una mujer que se movía como un fantasma intangible, un bruto con una piel de roca impenetrable...

Valkyrie entrecerró los ojos, su radar psiónico trabajando a pleno rendimiento incluso a través de las dimensiones. —La coordinación... el patrón de ataque psíquico... es él. El Emperador Universal.

No era una fuga. Era una extracción. El Emperador quería sacar al Dr. Pesadilla.

—Necesita a mi padre —dijo Val, la comprensión y el horror mezclándose en su voz—. Quiere que le construya algo. Un arma... o algo peor. Como un intensificador de control mental.

Sonó una llamada directa de Destello. Su rostro apareció en la pantalla, manchado de hollín. —¡Val, estamos superados! ¡Kosmos está ocupado con un ataque en la órbita! ¡Somos solo nosotros y el Golem! ¡Este equipo es nuevo, no los conocemos! ¡Los necesitamos! ¡Te necesitamos, Val! Oficialmente o no. ¡Por favor!

Valkyrie no dudó ni un segundo. La melancolía desapareció, reemplazada por la fría y dura llama de la heroína que siempre había sido.

—Nat, abre un portal a las coordenadas de Destello. Samu, Zafira, preparaos para el combate.

Su misión era clara y terriblemente irónica. No iba a visitar a su padre. No iba a liberarlo. Iba a proteger su prisión de aquellos que querían secuestrarlo. Iba a salvar a su padre de convertirse, una vez más, en un arma.

Mientras el portal se arremolinaba ante nosotras, mostrando un paisaje de explosiones y caos, me di cuenta de que los hilos de nuestras vidas se volvían cada vez más complejos. La cura de Kaelen, el Ansible de los Cybrids, el potencial mágico de mi alma... todo eso tendría que esperar. La familia, incluso una tan rota como la de Valkyrie, siempre iba primero.

CONTINUARÁ...

lunes, 20 de octubre de 2025

La Dama de Encajes y la Bruja de Batalla (18): Reescribiendo al Bibliófago



El Guardián hecho de tinta, el avatar del Bibliófago, se alzó ante nosotras, su forma cambiando como una frase a medio escribir. El aire se espesó con el olor a papel viejo y a una finalidad absoluta.

—¡Detrás de mí! —ordenó Valkyrie, levantando sus puños que brillaban con energía cósmica.

Lanzó un puñetazo que debería haber pulverizado una montaña. Su puño atravesó al Guardián sin encontrar resistencia, saliendo por el otro lado cubierto de una tinta negra que chisporroteaba y trataba de "borrar" la textura de su guantelete.

—¡Es inútil! —gritó Samu, mientras lanzaba un hechizo de desintegración. Las runas de poder fueron absorbidas por la túnica del Guardián, convirtiéndose en meros adornos caligráficos en su tela—. ¡Se alimenta de la energía! ¡La magia son solo palabras para él!

Mi propio intento con un pulso sónico de alta frecuencia fue igualmente inútil. El sonido fue capturado y mi voz, a través del comunicador, se convirtió en un galimatías sin sentido durante unos segundos. Estábamos luchando contra un concepto.

<NATALIA D. (cuando recuperó el control)>: ¡Dejad de atacar! No estamos luchando contra un enemigo, estamos luchando contra el propio género literario de este lugar. ¡Estamos intentando pelear con el narrador!

<ZAFIRA>: ¡Y el narrador siempre gana! ¡Lo sé, he leído suficiente! ¿Qué hacemos entonces?

<NATALIA D.>: Si no puedes ganar la historia, tienes que encontrar el prólogo. Todo relato tiene un origen. Zafira, tú existes entre las páginas. ¿Puedes sentirlo? ¿La primera historia?

Zafira cerró los ojos. Su forma de luz parpadeó, sintonizando con la estructura fundamental del libro. —Lo siento. Es débil, está enterrado bajo miles de otras historias. Es... triste. Y solitario. Samu, necesito tu magia. No para atacar, sino como una brújula. Ayúdame a encontrar al primer prisionero.

Mientras Val nos defendía de los lánguidos pero peligrosos ataques del Guardián, Samu y Zafira unieron sus poderes. Samu no lanzó un hechizo, sino que formuló una pregunta al universo del libro, una adivinación en forma de pregunta narrativa: "Muéstranos el principio."

El espacio en blanco a nuestro alrededor se disolvió. Las estanterías infinitas se desvanecieron. Aterrizamos, no como participantes, sino como observadoras fantasmales, en un lugar nuevo. Era una humilde habitación en una torre de la Academia Morgath, pero como era un siglo atrás. A la luz de las velas, un joven estudiante de rostro pálido y ojos brillantes estaba febrilmente dibujando un círculo rúnico en el suelo.

—Es un Ritual de Vinculación del Conocimiento —susurró Samu—. Prohibido. Peligroso.

Observamos la historia desarrollarse. Vimos al estudiante, un joven llamado Lian, colocar un libro en blanco en el centro del círculo. Su objetivo, como le oímos susurrar a la noche, no era malicioso. Estaba abrumado, a punto de suspender sus exámenes. Solo quería crear un grimorio que pudiera leer sus libros de texto y resumirle las lecciones. Quería un compañero de estudio mágico.

Pero su soledad y su desesperación vertieron demasiada emoción en el hechizo. Cuando lo completó, el libro en el centro del círculo cobró vida. Sus páginas en blanco se abrieron con avidez. Y no se detuvo en los libros de texto. Sintió la fuente de conocimiento más rica y cercana: la mente de su propio creador. Vimos con horror cómo una sombra de tinta salía del libro y envolvía al aterrorizado Lian, absorbiéndolo en sus páginas.

La escena se transformó. La habitación de la torre se convirtió en una elegante pero melancólica biblioteca dentro del libro, la jaula dorada de Lian. Lo encontramos allí, su forma ahora la de un espectro hecho de polvo de libros, con una tristeza de décadas en su mirada.

—Así que... al final, alguien ha leído mi historia —dijo, su voz era un susurro polvoriento.

Nos explicó cómo había estado atrapado, viendo impotente cómo su creación, nacida de la necesidad de compañía, se había convertido en un monstruo solitario que coleccionaba almas para llenar su propio vacío.

El Guardián de tinta se materializó en la biblioteca de Lian, su presencia oscura era una afrenta a la triste calma del lugar. Estaba aquí para echarnos, para cerrar el prólogo.

—No podemos luchar contra él —dijo Lian—. Es la voluntad del libro.

—Entonces tenemos que cambiar la voluntad del libro —declaré—. Su directiva principal se basa en tu deseo original: "absorber y comprender el conocimiento". Se ha pervertido. ¡Tenemos que recordarle la segunda parte de tu deseo, Lian! ¡La parte que has olvidado! ¡Querías un compañero para aprender! ¡El aprendizaje requiere un diálogo, no un monólogo!

La batalla final no fue de espadas ni hechizos, sino de historias. Nos enfrentamos al Guardián y comenzamos a narrar.

—Yo cuento la historia de una biblioteca —comenzó Samu, su voz resonando con poder mágico— donde las puertas siempre están abiertas, y el conocimiento se comparte libremente para que todos puedan crecer.

—Yo cuento la historia de un guardián —continuó Valkyrie, su voz firme como una roca— que no aprisiona el saber, sino que lo protege para las generaciones futuras, asegurándose de que cada historia sea escuchada.

—¡Y yo cuento la historia de un lugar lleno de risas! —exclamó Zafira, danzando alrededor del Guardián—. ¡Donde las historias saltan de las páginas para jugar y se mezclan unas con otras en un glorioso y caótico festival de la imaginación!

—Yo proporciono la nueva directiva —dije, proyectando una estructura lógica de código puro en el aire—. Un sistema basado en el intercambio voluntario. Un protocolo de biblioteca de código abierto. Catalogar, sí. Archivar, sí. Pero encarcelar, nunca. La directiva principal ahora es: "Compartir".

Finalmente, le tocó a Lian. Con lágrimas en sus ojos espectrales, miró al Guardián, a su creación, a su carcelero. —Y yo... yo cuento la historia de un chico solitario que no quería un sirviente, sino un amigo.

Nuestras historias combinadas, unidas por la ciencia, la magia, la fuerza, la alegría y el arrepentimiento, golpearon al Guardián. La tinta oscura de su cuerpo se arremolinó, luchando contra esta nueva y abrumadora narrativa de benevolencia. El negro retrocedió, reemplazado por una luz blanca y cálida. Su figura encapuchada y amenazante se transformó en la de un bibliotecario amable y luminoso, que nos hizo una respetuosa reverencia.

Con un gesto, las almas cautivas fueron liberadas. La Profesora Elara Vance, el caballero medieval, el piloto de naves y docenas más aparecieron a nuestro alrededor, confusos pero libres. La pared de piedra que bloqueaba nuestro portal se disolvió.

Lian miró a su alrededor, a su prisión convertida en santuario. —Creo que... creo que me quedaré —dijo, una sonrisa formándose en su rostro por primera vez en un siglo—. Esta biblioteca necesita un conservador. Uno de verdad.

Guiamos a los demás prisioneros rescatados hacia la salida, dejando atrás a Lian con su amigo reformado. Habíamos entrado en la biblioteca para resolver un misterio, y en su lugar, habíamos reescrito una tragedia, dándole un final feliz.

CONTINUARÁ...

viernes, 17 de octubre de 2025

La Dama de Encajes y la Bruja de Batalla (17): La Biblioteca de las Almas Cautivas



El mundo no se acabó con un estruendo, sino con el susurro de una página al pasar. En el instante en que el libro nos "habló", una fuerza invisible e ineludible nos barrió. No era física ni mágica en el sentido que Samu entendía; era una fuerza narrativa. Sentí cómo mi historia personal, mis datos biográficos, mis recuerdos y mis conocimientos eran escaneados, indexados y catalogados a una velocidad imposible. Mi cuerpo se disolvió en un torbellino de letras y tinta, mi conciencia arrastrada hacia la oscuridad encuadernada.

Cuando la sensación cesó, estaba sentada en un taburete de bar. El aire olía a alcohol alienígena y a ozono de portal. Frente a mí, un ser de una belleza imposible, un dios con aspecto de estrella de rock, me sonreía.

—Así que, para aclarar el papeleo —dijo, su voz era un terciopelo cósmico—, el formulario 7-Sigma te marcó como una anomalía. Técnicamente, no deberías existir en tu plano natal.

Era el "Tiro Cósmico". El principio de todo. Revivía el momento exacto en que mi vida había descarrilado hacia lo imposible. Pero algo estaba mal. La camarera, una criatura con tentáculos, me sirvió un cóctel que humeaba con signos de interrogación, y repitió el mismo movimiento tres veces. La música de fondo era un bucle de tres segundos. Era un recuerdo, sí, pero imperfecto. Una simulación. El Bibliófago me había encerrado en mi propio "Capítulo Uno", obligándome a revivir mi origen una y otra vez. Como científica, empecé a buscar los fallos en el código.


El peso de la corona de su ducado nunca le había parecido tan pesado a Samu. Estaba de pie en el gran salón de su castillo, vestida con un atuendo de corte opresivo. Su padre le presentaba al Príncipe Theron, un joven apuesto pero con una sonrisa vacía.

—Un partido perfecto para nuestra casa —tronó la voz de su padre, una frase que había oído mil veces.

La desesperación la ahogaba. Conocía esta escena. Era la noche en que había decidido huir. Corrió por los pasillos, las voces de sus padres persiguiéndola como fantasmas. Llegó a su habitación, se concentró y abrió un Salto Dimensional, un desgarro de color y libertad en la pared. Pero justo cuando iba a cruzar, la puerta del portal se cerró de golpe y se encontró de nuevo en el gran salón, con su padre diciendo: "Un partido perfecto para nuestra casa".

El libro la había encerrado en su momento de mayor desesperación, alimentándose de su sensación de estar atrapada. Pero en la tercera repetición, Samu, la poderosa bruja, notó algo. En el gran tapiz que representaba la historia de su familia, una de las palabras bordadas en el lema familiar -"Honor"- parpadeó y por un instante se leyó "Error". La narrativa tenía fisuras.


El frío de la sala de audiencias era más penetrante que cualquier invierno. Valkyrie estaba de pie, con su uniforme de heroína, mientras un político de rostro severo leía el veredicto.

—...debido a sus lazos familiares con el supervillano conocido como Dr. Pesadilla, y por la seguridad de la nación, su licencia de superheroína queda revocada con efecto inmediato.

Vio los rostros de sus compañeros de equipo, Destello y Umbra, llenos de ira y tristeza. Sintió el peso de la traición de un mundo al que había salvado incontables veces. El dolor era tan fresco como el primer día. Era su capítulo de la caída, el momento que definía su exilio.

El político repitió la frase: "...su licencia de superheroína queda revocada...". Una y otra vez. El libro se deleitaba en su dolor y su sentido de la injusticia. Pero Valkyrie era una guerrera. El dolor podía ser un arma o una prisión. Ella se negó a ser prisionera. En lugar de centrarse en las palabras del político, se concentró en la textura de la alfombra, en el patrón de luz en la pared. Buscó los bordes de la jaula, los límites de la historia que la contenía. La narrativa quería que se sintiera impotente, pero ella comenzó a buscar su poder.


Zafira no estaba en ninguna parte y, a la vez, estaba en todas.

Para ella, la captura fue diferente. Siendo una entidad "bosónica" de energía y luz, era como intentar atrapar el humo con una red. El libro no pudo forzar su conciencia en una única narrativa lineal. En lugar de caer en un capítulo, fue absorbida por el libro mismo.

Se encontró en un lugar que solo podía describirse como los "márgenes". A su alrededor, ríos de texto fluían como galaxias de tinta. Veía las historias de sus amigas, encapsuladas en perfectos bloques de prosa. Veía los capítulos de otras almas atrapadas: la historia de la Profesora Elara Vance, la de un caballero de una dimensión medieval, la de un piloto de naves estelares. Estaba en el "back-end" del Bibliófago, el código fuente de la prisión.

Estaba libre, pero sus amigas no. Era poderosa, pero no podía interactuar directamente con sus capítulos. Era una observadora impotente. Pero un genio nunca carece de ingenio. No podía cambiar la historia, pero ¿quizás podría editarla?

Se concentró y se lanzó hacia el capítulo de Natalia. No podía aparecer, pero podía alterar un detalle. Durante un instante, la bebida del dios en la barra brilló con la luz cobriza de Zafira.

Luego, se lanzó a la historia de Samu. No podía hablar, pero podía alterar una palabra. El tapiz familiar que ponía "Honor" parpadeó de nuevo, pero esta vez se leyó "Zafira".

Finalmente, fue al capítulo de Val. No podía manifestarse, pero podía cambiar un color. El aburrido maletín que sostenía el político brilló por un segundo con el color exacto del amuleto de Zafira.

Eran pistas sutiles, errores en la matriz, mensajes en una botella lanzados a través de un mar de historias.


Natalia vio el brillo. Una anomalía física que no debería existir. Samu vio la palabra. Magia familiar. Val vio el color. Un ancla de su vida actual en medio de su pasado.

Las tres, cada una a su manera, se aferraron a esa imperfección. Se concentraron en ella, usando toda su fuerza de voluntad, no para luchar contra la historia, sino para tirar de la hebra suelta que Zafira les había lanzado.

La realidad de sus capítulos se resquebrajó. Las paredes de texto se derrumbaron. Y una por una, cayeron fuera de sus prisiones narrativas, aterrizando en un espacio en blanco, como una página esperando ser escrita. Frente a ellas, Zafira se materializó, sonriendo.

—¿Os ha gustado la visita guiada por vuestros traumas? —dijo con picardía—. Yo le doy dos estrellas. Poca oferta de aperitivos.

Estaban juntas de nuevo. En el corazón de la mente del libro. A su alrededor, podían ver los lomos de miles de otros libros, los capítulos de miles de otras almas, incluyendo el de la "Profesora Elara Vance".

Pero no estaban solas. Del suelo de la página en blanco, la tinta comenzó a acumularse, elevándose y tomando forma. Una figura alta y encapuchada, hecha de palabras robadas y gramática malévola, se formó ante ellas. Era el guardián de la biblioteca, el avatar del propio Bibliófago.

"Los lectores rebeldes serán re-editados" —resonó una voz, que sonaba como el pasar de un millón de páginas a la vez.

La batalla por su libertad, y la de todos los demás, acababa de comenzar.

CONTINUARÁ...