El aire en el túnel de vapor se cargó con una tensión silenciosa. Las cinco figuras cibernéticas permanecieron inmóviles, procesando mi oferta. Su lenguaje no era de palabras, sino de ráfagas de datos invisibles que podía detectar como débiles interferencias en mis sensores. Estaban debatiendo, consultando, sopesando milenios de sufrimiento contra la promesa de una desconocida.
<CYBRID LÍDER (texto en su visor)>: Kaelen. El Arquitecto de nuestra ruina. ¿Por qué íbamos a confiar en la palabra del ser que nos condenó?
<NATALIA D. (vía comunicador)>: Porque también él está condenado. Y porque es el único con el conocimiento para deshacer lo que hizo.
Uno de los Cybrids a la derecha del líder dio un paso adelante. Un archivo de datos se proyectó desde su visor al espacio vacío entre nosotros. Era una imagen holográfica, un recuerdo. Mostraba a un Kaelen más joven, con la piel de nácar intacta, sonriendo mientras explicaba una compleja ecuación a un grupo de colegas. Reconocí al Cybrid dañado entre ellos. Eran, efectivamente, parte de su equipo de investigación. Conocían al hombre, no solo al monstruo.
<CYBRID LÍDER>: Afirmas tener una cura. Nosotros solo vemos palabras. Nuestras acciones aquí nos proporcionan un alivio tangible, aunque temporal.
<NATALIA D.>: Vuestras acciones también están desestabilizando una fuente de energía que mantiene viva a toda una ciudad. Estáis arriesgando millones de vidas por un alivio temporal. Sois científicos. Calculad las probabilidades. Vuestro plan actual, el "Plan C" supongo, es ineficiente y ahora que hemos intervenido, es insostenible.
El líder permaneció en silencio durante un largo minuto. Podía sentir el conflicto en su interior: la lógica fría luchando contra la desesperación. Habían sobrevivido hasta ahora porque eran inteligentes y cautos, con múltiples planes de contingencia. La confrontación directa contra un equipo de nuestras capacidades no era una variable que hubieran deseado.
Finalmente, el líder hizo un gesto. Los otros cuatro Cybrids se desconectaron de forma sincronizada de los conductos de la Piedra Corazón. Las fluctuaciones de energía que había estado midiendo cesaron de inmediato.
<CYBRID LÍDER>: Tu propuesta es... interesante. Contiene una variable que no habíamos considerado: la supervivencia de Kaelen. Verificaremos tus afirmaciones. No aceptamos tu oferta. Aún no.
Se acercó lentamente y depositó un pequeño objeto en el suelo metálico. Era un cristal oscuro y multifacetado que parecía absorber la luz.
<CYBRID LÍDER>: Un nodo de comunicación cuántica. Está entrelazado con nuestra nave. Cuando estemos listos para hablar, se activará. No intentes rastrearlo. No lo conseguirás.
Recogí el cristal. Era frío al tacto y vibraba con una energía contenida.
<CYBRID LÍDER>: Nos retiramos. Por ahora. El bienestar de esta ciudad ya no es nuestra preocupación inmediata. Pero que te quede claro: si descubrimos que esto es un engaño, nuestra próxima visita no será para negociar.
Con una eficiencia silenciosa, los cinco Cybrids retrocedieron hacia las sombras del túnel. Pero no caminaron muy lejos. Sus cuerpos parecieron volverse borrosos, sus formas perdiendo cohesión hasta que se desvanecieron en la oscuridad, dejando solo el eco de su presencia y el constante silbido del vapor.
El silencio que dejaron atrás fue ensordecedor. La crisis inmediata había sido evitada, no con una batalla, sino con una negociación imposible.
<ZAFIRA (voz desde el smartphone)>: Vaya, vaya. Así que además de científica, ídolo de J-pop y domadora de realidades, ahora eres diplomática inter-especies. Qué chica tan polifacética.
Ignoré su comentario, aunque una pequeña parte de mí se sintió aliviada. Miré el pequeño cristal de cuantonio en mi mano.
<VALKYRIE>: ¿Crees que contactarán?
<NATALIA D.>: Sí. Son seres lógicos consumidos por una enfermedad ilógica. La esperanza de una cura real es la única variable que puede anular su cautela. Lo harán.
Ahora teníamos un nuevo y complicado problema. Habíamos venido en una misión de reconocimiento para los Netherlords y habíamos acabado formando una tregua precaria con los últimos y desesperados supervivientes de una raza antigua. El informe que tendría que redactar iba a ser, como mínimo, complicado.
<NATALIA D.>: Misión cumplida. Tenemos la información sobre la Piedra Corazón. Y algo más. Volvamos a casa. Tenemos mucho que preparar.
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